Peñarrondoa con Maitane, Begioker y una de Igal.

Maitane bajo el espolón norte de Peñarrondoa (939m)

Último día antes de la apertura de las fronteras de Navarra en este ya casi finiquitado desfase post-confinamiento, y seguimos descubriendo nuevos txokos de Nafarroa. Sobre el pueblo salazenko de Igal hay peñas y monte por un tubo, hace años subí con Baba y la compañía de dos perros del pueblo hasta la cima de Migoleta. Esta vez nos acompañan a Maitane, Begioker y a mí una perrika muy salada de Igal, que mueve mucho el rabo y parece esbozar una sonrisa en todo momento. El objetivo es Peñarrondoa (939m), una peña-castillo muy curiosa sobre los pinares de esta región del prepirineo, cuyo único punto débil para su acceso a cima es en su vertiente sur, en forma de trepadita de I+. 

Ascenso tras el estrecho con Peña Mantxola, una vieja conocida, por la vertiente SE de la montaña, por vagos indicios de sendero, y encontrando un cuerno de ciervo. Una vez en la base, rodear la peña es factible por su vertiente occidental pero su vertiente oriental está bastante sucia. Para alcanzar su cima lo dicho, trepadita de I+; en ella parece que hay antiguos escalones labrados en la roca, y muy cerca de la cima hay como un foso cuadrado... ¿hubo en el pasado alguna fortificación en esta peña ya de por sí fortificada? ¿Quién sabe?. Gaztelus y fortificaciones en nuestro Pirineo Navarro hay muchos...

Descenso apocalíptico entre bojes y rosales por momentos, en busca del sendero balizado con mojones del cordal Igal-Migoleta-Urrua, el cual en un agradable descenso nos dejará en Igal contentos y con ganas de echar el vermú. 

Peña de Mantxola (869m).

Begioker encontrando cuernos de ciervo.....

Rodeando la peña con nuestra nueva amiga canina de Igal.

Me encantan estos lugares que no conoce casi nadie.

Trepada de I+ a cima en la cara sur.

En la cima.

Peñas sobre Izal.

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