"Una cara que no volveré a ver" (V+/6a) al Lagarto.
Bonito primer largo.
Ayer por la tarde, mi tercera vez subido a la espalda del Lagarto de Peñartea me recordó sobremanera a la segunda; vientako, roca fresca, rápel del descenso con la cuerda bailando "I´m a lonely boy" de The Black Keys, y el atardecer enrojeciendo Pamplona. Además, tuvimos incidente por medio para tener la noche más pegada a nuestros talones; al amigo Edu, que está aprendiendo el arte de escalar a largos, se le caerá la cesta desde la R1, tras abrir el primer largo de "Una cara que nunca volveré a ver" (70m, V+6a), cosas que pasan, y aterrizará en unos bojes, quedando colgada de un arbolito como un adorno de Navidad. Pues nada, le descolgaré deprisita mientras le digo que va a hollar la cumbre del Lagarto por mis santos huevos, su sueño, antes de que se haga de noche, y saldré para arriba lo más rápido posible.
El primer largo de la "Una cara que nunca volveré a ver" tiene un par de pasitos jugosetes, que además son la mar de divertidos cuando el viento te menea. Ojo a la sección de roca dudosa donde se ubica la R1, común con la normal, porque tiraremos un par de bloques del tamaño de un tostador sin llegar a microondas. El segundo largo de IV lo rematará Edu para llegar ambos a la cima del Lagarto cuando la luz del día es escasísima. ¡Vaya cristo para rapelar con el viento! La cuerda se enreda en las dos cornisas que hay en el rápel de 30 metros y en especial en un boj del tamaño de un frigorífico, pero consigo llegar a la canal digno y dejar la cuerda desplegada para que Edu baje cuando ya casi hay que encender las luces.
Bien Edu, bien. Aventurillas a la puerta de casa.
-Todo lo que sea con cuerda me encanta.
-Díselo a Alex Honnold.
-!!!!!
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