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Último resalte del Barranco de Zorrate desde la carretera a Hiriberri. |
El
Barranco de Zorrate es uno de esos recodos del
Valle de Aezkoa que más fascinación me despertaba y despierta cada vez que transitopor lacarretera a
Hiriberri. Antaño, cuando
mi amatxi de
casa Agesta de este pueblo iba a comprar sal o azúcar a
Garaioa, la niña atravesaba las dos regatas que alimentan este barranco en una rinconada preciosa, porque tomar el barranco principal y descenderlo entero en busca del valle de Garaioa es imposible sin cuerda. Después de cruzar ambas regatas, ascendía por el camino hasta un hombro en la montaña, sobre la orilla izquierda del barranco, y descendía a su destino por un robledal sencillo. En la actualidad, los senderos antiguos que unen
Hiriberri, Aribe y Garaioa, forman un sendero local balizado con varios bucles y posibilidades llamado
SL-NA 54A "Viejos Caminos".
Mi sorpresa llegó hace pocos días cuando unas fotografías en Facebook me pusieron sobre aviso. En las instantáneas, aparecía la última cascada del Barranco de Zorrate, un chorro de agua de 16 metros en una pared extraplomada, en medio de un lugar paradisíaco... Así que hice mis indagaciones para poder conocerla, y una fuente cercana me dijo que la cascada ya estaba seca. Por otro lado encontré en la red algo mucho mejor; en el blog de mi vecino Julen Ardanaz aparece un relato de su relación con el barranco, y ofrece mapa y croquis del mismo. Julen cuenta que descubrir un barranco bien formado, con cascadas rapelables, y sin instalar, fue uno de los sueños de su vida como barranquista explorador en el año 2010, cuando conoció Zorrate. La apertura e instalación por tanto tuvo lugar en Mayo de ese mismo año por Julen y varios amigos. ¿Quién nos iba a decir a los aezkoanos que íbamos a tener un barranco deportivo e instalado en el valle? Las próximas temporadas Julen realizará las primeras repeticiones del barranco con caudal, en solitario y con compañía.
Y ayer sábado tuve el puto privilegio de animarme a hacer el barranco sin caudal y en solitario, con técnicas de montañismo al estar seco. El croquis de
Nabarraarroilak describe cuatro rápeles desde el cruce de arroyos de la cabecera, sin embargo no tendré mejor idea que internarme en este mundo de musgos, líquenes y olor a verde, desde el
puente del barranco entre Petxuberro y Artekia, el que baja directamente de Hiriberri, anterior al cruce de caudales, añadiendo a los cuatro rápeles anteriores un quinto cortito desde un anclaje natural. En este primer barranco el agua que cae desde Hiriberri desaparece en un sumidero debajo del puente. Después de este primer rápel al lado del sendero local, llegaré al cruce con el
Barranco de Artekia, donde volverá el agua a hacer acto de presencia. Por contra, antes del R1 del Barranco principal, el del croquis, el agua volverá a desaparecer en una nueva toma subterránea. Antes del R2 hay un resalte incómodo con tres tronquillos empotrados que sirven de ayuda, que bordearé por una trepada lateral frondosa al carecer de neopreno. El rápel segundo cae en una marmita seca gigante, y luego hay varias mini cuevas. Y el tramo final del barranco es el más espectacular; primero un rápel para salvar dos marmitas inundadas, y después el último rápel de la cascada antes mencionada de 16 metros. Detrás de ella una oquedad preciosa. Y ces´t fini. Lo bueno se acaba, hay que reconocer que el barranco está bien equipado. Me la gozo.
Para regresar al coche, aparcado en el km2 a Hiriberri, hay varias opciones sobre el plano, pero escogeré una no contemplada más aventurera, ¿que se ve allí la carretera? Pues para allí que me voy trepando entre piedra caliza, bojes y los restos de un viejo vertedero... Y en el cielo, el vuelo de dos milanos.
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Croquis. |
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Puente para cruzar el barranco superior que baja de Hiriberri. |
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