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Mirador de primer orden sobre los Montes Malditos en la cresta del Turón de Frontonet (2420m) |
-No estoy segura
Pau.
-¿Te ves mal como para no poder bajar por aquí después?
-Si.
-Entonces Ainara espérame aquí, no arriesgues, nos volvemos.
-...vale, voy y vuelvo de la cima en cinco minutos.
-De acuerdo, aquí te espero.
-¿Estás cómoda ahí o bajamos un poco?
-No. Sentada en este bloque estoy fenomenal.
-No te muevas de ahí. Bajo enseguida.
Y enseguida volveré de la cima del Pico de Estós (2532m), nervioso por haberla perdido de vista dos o tres minutos y corriendo por la cresta fácil del final. Consecución egoísta de una cima a cambio de no tener vigilada a mi pareja en una pendiente nevada. ¿Merece la pena?
-¡Qué tonto eres Pau! Sé que subir a la cima es importante para ti. No pasa nada porque tenga que esperarte, soy adulta y no voy a hacerme daño solita porque esté cinco minutos sin ti a mi lado.
Qué complejo es todo. ¿Es el ejercicio de sobre-cuidar de un ser querido también un hecho egoísta?
-Dí lo que quieras chica, pero en cuanto bajemos a Benasque me compro una cuerda de 30 metros x 8mm para que no vuelva a repetirse una cosa así. La seguridad por encima de todo.
-Venga vale, yo colaboro con el 50%. Será nuestra cuerda.
-Además la podremos usar cuando vayamos a Alpes para progresar por glaciar. ¿Qué te parece?
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