Peña de Aldu (PD-, II)

junio 14, 2020

Peña de Aldu (PD-, II)

Peña de Aldu o Beortea (1179m)

<<Agreste excursión (...)Debo advertir que para ganar esta cima se precisa cierta experiencia montañera>>

-Montes de Navarra Oriental. Javier Zubieta Barcos 1996.

La meseta de Aldu, entre Izal y Sarries, siempre me había llamado mucho la atención desde hacía quince años, pero por una cosa u otra no ha sido hasta hoy que he hecho la primera incursión en este macizo prepirenaico navarro. Guías de montaña con ya casi 25 años de antigüedad me hacían soñar desde antaño con la trepada a la peña que corona este lugar, la de Aldu (1179m), nombrada como de Beortea en la web Mendikat (según este rincón de internet Aldu es el término usado para el pequeño altiplano, y Beortea es la denominación de la peña que lo domina), y por ello la he escogido como escusa en esta primera incursión. Atrás quedan en la memoria actividades bien bonitas desde Izal a lo largo de 25 años, como la ascensión a los montes Arburua, Olagato o Zaldikoburua, o los descensos barranquistas del Rincón de Atagaitza o de Las Ateas (donde encontré hace poco años los restos de un buitre navarro marcado que había pasado casi toda su vida en los prealpes). Otro aliciente en este macizo, es su desagüe sureste donde hallamos algunos días al año uno de los saltos de agua más altos de la Comunidad Foral, el Salto de Aldu (73m).

La ascensión a Peña de Aldu o Beortea es cómoda por pista y camino 4x4 hasta la base de su tramo final. Aquí las cosas cambian radicalmente. Primero hay que remontar 200 metros de desnivel hasta el cordal por una senda dudosa y algo sucia entre pinos, y demos gracias a que hay cintas de cazadores balizando el recorrido, sino.... Una vez en el cordal comienza el tramo final enrevesado; hay que ganar la cresta rocosa de la montaña trepando desde el pasillo de roca de su vertiente norte, y tras recorrer varios metros por ella, justo debajo de la cima hay un divertido muro de II. La cima airosa de esta montaña sabe bien, y sus vistas hacia todos los lados son espectaculares. En estos tiempos en los que se coleccionan y se publican fotografías de sitios y actividades de moda, el hecho de trepar a una montaña salvaje y cerrada, donde desarrollar el sentido de la orientación, y agudizar los sentidos de trepar por roca rota y de avanzar casi con machete por la selva, es un acto rebelde. Sé tú mismo.