Agur eta ohore, Ángel Landa.

Foto Pyrenaica nº 57 (año 1960)


Hasta este domingo no eran pocas las veces que había observado atónito la belleza de las Dos Hermanas de Codés desde la lejanía con la curiosidad de un adolescente. Un día las vi en televisión en unas impresionantes imágenes desde helicóptero en el programa "La Mirada Mágica" de EITB, y aluciné más todavía. Este fin de semana Javi y yo las miramos desde su base y nos enamoramos del lugar. Curiosamente, desde sus conquistas en los años cincuenta apenas conocen repeticiones o nuevas rutas estas espectaculares agujas, como si la mala calidad de su roca y su carácter de aventura sean sus propios antídotos a curiosos y escaladores. En esta cresta del monte Ioar solo corre libre el viento, los bichos pequeños y las aves. Sin embargo, fue una de las cordadas de escaladores más brillante que ha tenido Euskal Herria, Ángel Landa y Pedro Udaondo, los que escalaron por primera vez hasta la cima de la aguja más alta de las dos, la Hermana Mayor. Según el texto redactado por el propio Ángel Landa en el número 57 de la revista Pyrenaica de 1960, su escalada la practicaron en septiembre de 1956, aunque otros medios se hacen eco del año que fue publicada.... 

Tristemente, y ya es casualidad, este martes fallecía Ángel Landa a la edad de 85 años. En su haber importantes primeras escaladas, muchas de ellas con Pedro Udaondo, que nos dejaría en un fatal accidente de escalada en el Corredor del Marqués en Picos de Europa en 2007. Ángel nos dejará como legado grandes actividades en Picos de Europa  (primeras a la Sur de Horcados Rojos y a la Canal del Pájaro Negro a Torre Santa, primera invernal a la Regil al Picu Urriellu), Pirineos (primera invernal de la norte del Taillón, la primera por la sur directa a la aguja de Serradets o la noroeste del cilindro del Marboré), y Alpes (primera nacional del Pilar Bonatti del Dru, primera nacional a la cara este del Capuccin, primera invernal absoluta del corredor Gervasutti del Mont Blanc du Tacul). Fuera de Europa, fue director técnico de la expedición vasca a la Cordillera Blanca de 1967, y jefe de expedición en la "Tximist" de 1974 al Everest (se quedaron a 350 metros de la cima). También, actuó como rescatista en el famoso rescate del Pico Urriellu de la cordada Patxi Berrio y Ramón Ortiz en 1969, y formó parte del intento de rescate de los cuerpos de Rabadá y Navarro en la norte del Eiger junto a los hermanos Regil. 

Ángel pasó una semana en la cárcel de Basauri por enseñar una ikurriña en una proyección de montaña en 1967.

Algunas declaraciones que hizo a Desnivel en 2009, que reflejan lo extraordinario de aquellas generaciones de escaladores:

<<Escalar vías difíciles de primero de cuerda, vías a menudo vírgenes, es la única forma de experimentar el deporte del alpinismo en toda su dimensión>>

<<Los de mi generación nos hicimos alpinistas gracias a la conducta y gracia de aquellos grandes guías (Terray, Bonatti, Cassin y un largo etcétera) que nos marcaron el camino con su forma y estilo, dando ejemplo de honradez y ética. Nos dijeron que subir a la montaña no es una cuestión de vida o muerte, sino de algo más importante: la moral, la ética, la elegancia y el estilo, y dejando siempre claro cómo lo haces y porqué lo haces; pues todo no vale, ni en este deporte ni en nada, sin ética.>>

<<El alpinista que quiere ser reconocido y valorado como tal, el primero de cuerda, es como el pintor (artista) que pinta un cuadro, él lo idea y lo realiza. Pero es absurdo pensar que, con unos pinceles y un lienzo, uno ya es un artista. Del mismo modo, tampoco con un “jumar” en la mano se es alpinista; esta falacia sólo sirve para engañar a los que nada saben de este deporte y provocan una sucia herida a la dignidad que siempre ha caracterizado al alpinismo>>

Ángel Landa.

Ángel Landa y Pedro Udaondo.


Y para acabar parte de su texto hecho en 1956 que narra y describe la ascensión a la Hermana Mayor de Codés:

<<Fue PYRENAICA quien dio a conocer la existencia de esta importante zona, monolítica, así como su situación e importantes documentos gráficos, haciendo así que los escaladores se fijaran en las Dos Hermanas, principales agujas de esta región. Pero de las dos, la que más atraía por su suprema elegancia era la Hermana Mayor, reina indiscutible de este maravilloso lugar y única aguja quese mantenía virgen en el momento en que nos decidimos a intentar su ascensión. 
(...)
Echamos una ojeada a «nuestro» pico. Los ojos se recrean contemplando estas verticalidades y recorremos una y otra vez con la mirada, la que, a nuestro juicio es la vía ideal de ascensión. Pero hacia el segundo tercio del recorrido la mirada se detiene consternada, pues unos grandes desplomes parecen imposibilitar todo intento de superación por esta parte. Desde donde estamos, no se ve ni el menor agarre, ni la más leve fisura; en aquel lugar todo parece estar absolutamente liso y pulido y nos preguntamos con pesimismo si nos será posible escalar estas rocas que se alzan al cielo con una verticalidad desconcertante y que revelan además por su color un avanzado estado de disgregación. 
(...)
Los primeros treinta metros son fáciles, pero seis metros antes de llegar a la horquilla comienzan las dificultades. Este tramo se presenta en forma de una estrecha fisura. Me lanzo al ataque, supero la fisura y continúo unos metros po r encima de la horquilla, hasta alcanzar un punto donde efectuamos la primera reunión. Es Pedro quien actúa ahora de «leader», tantea la roca y parte. Le veo avanza r con francos y seguros movimientos, no exentos de cierta elegancia, que ocultan el esfuerzo físico. La roca empieza a ser deleznable, lo que me obliga a volver la cabeza hacia arriba, para ver las piedras que, mi compañero, hace caer en su avance y pasan silbando sobre .mi cabeza. 
(...)
 El vacío es absoluto y cuando levanto la cabeza los desplomes me impiden ver a mi compañero. Respiro despacio, por miedo a romper el punto de equilibrio; después desplazo lentamente una mano
y busco algún agarre o fisura que me permita continuar, pero los que encuentro son minúsculos, redondeados y poco seguros. ¡Qué contento estaría con encontrar algunos de esos agarres propios de la caliza, de 2 ó 3 centímetros, pero fuertes y seguros! Continúo unos metros más y me reúno con mi compañero. 
(...)
Trepamos rápidamente a lo largo de la arista, por pasos de poca dificultad y momentos después nos hallamos en la cima, manifestando nuestrü júbilo con gritos estentóreos. Dejamos una tarjeta, bajo el «cairn» tradicional, como testimonio de la escalada a la Hermana Mayor, aunque nuestra ascensión ha sido seguida por unos vecinos del cercano pueblecito de Azuelo. Lanzando una mirada en derredor
nuestro, comenzamos el descenso en «rappel», per la ya vía del «Pep». El material empleado en esta ascensión fue: un cordino de 60 metros, 7 clavijas, 7 mosquetones y 2 mazas. >>

-Primera ascensión a la Hermana Mayor de Codés. Por la vía «Pep» directa desde la horquilla. Por Ángel Landa y Pedro Udaondo. Pyrenaica nº 57, año 1960.

Nos deja un gran tipo. Ética, aventura y primeras líneas e invernales. 
Descansa en paz, crack.
Agur eta Ohore.


Itinerario aproximado de la vía Pep que siguieron Landa y Udaondo en 1956.







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