Y el tesorero Luis Bárcenas intentó la Norte del Everest.
Norte del Everest (8848m)
En el último cuarto de siglo, expediciones a las vías normales de los ochomiles, han ocupado inexplicablemente el mayor espacio sobre alpinismo de la prensa del estado. Da igual que se realizaran sobre rutas masificadas y abiertas hace más de medio siglo, en estilo pesado, basura, o con la ayuda de sherpas de los que no se decían o no se dicen los nombres en muchas ocasiones, que llevaban y llevan la fama y el foco de los medios mientras actividades alpinistas de primer orden en dificultad y exploración, quedaban y quedan ninguneadas o solo relegadas a público y medios especialistas, y federaciones. Este hecho podría tener explicación quizá en los setenta y ochenta cuando alpinistas del estado hacían una primera estatal a un ochomil del Himalaya, aunque ya había actividades increíbles a vertientes difíciles de los catorce, como las de Bohigas y Lucas a la sur del Annapurna, o la de Canyameres y Dalmases a la oeste del Dhaulagiri... En el Everest de los años ochenta parte del debate político deportivo pasaba por la cima de la montaña más alta del planeta. Allí arriba, vascos y catalanes habían sido los primeros del estado en llegar a la cumbre, dejando una ikurriña con el anagrama de ETA los primeros, y una senyera los segundos. Así que las ganas por hacer "una primera" española cien por cien nacional, dejando una bandera de España en la cumbre, pasaron por las manos de Luis Fraga (sobrino de nada más y nada menos Manuel Fraga Iribarne que llegó a tener despacho en la Calle Génova con Jose María Aznar) y Luis Bárcenas (famoso en nuestros días por haber sido tesorero del PP imputado por corrupción del partido y su famosa caja B), amigos y compañeros de alpinismo y esquí desde sus estudios en Ciencias Empresariales, licenciándose ambos por la Universidad Pontificia de Comillas.
Pues bien, Fraga y Bárcenas, junto al amigo canario Antonio Ramos organizaron en verano de 1987 y con un presupuesto de 37 millones de pesetas, una expedición potente a nada más y nada menos la Norte del Everest, con intención de intentar abrir una vía española en ella, quizá para resarcirse de los recientes éxitos de vascos y catalanes por la ruta normal. El grupo estaría formado por Luis Bárcenas, Luis Fraga, Antonio Ramos, Fernando Ruiz, Cristóbal Salas, Bixen González, Juan Agustín Casillas y Fernando Garrido, y el nepalí Ang Rita, además del francés Pierre Beghin que se uniría más tarde. Finalmente, tras dos meses de expedición, el equipo abrió una variante más difícil pero más segura a los aludes, paralela a las vías japonesa y franco-suiza existentes, antes de enfilar el Corredor Hornbein recorrido por norteamericanos por vez primera en 1963, y no se pudo hacer cumbre por poco: Beghin y Garrido llegaron a los 8.700 metros, Luis Fraga a los 8.400, y Luis Bárcenas, que contó que había bajado esquiando (Biscen Itxaso dijo que ni de coña varios años después en Mundo Deportivo), se quedó a 8.200 y tuvo que ser ayudado a bajar, agotado y casi sin vista. Y digo variante porque aunque la expedición regresó diciendo que había abierto una nueva ruta, la española, hubo desavenencias con la Federación Española, que la consideraba una variante hasta 7300 metros. Asimismo, la federación resaltó que no habían llegado a cima para ser considerada una nueva vía, y que uno de los dos alpinistas que más alto había llegado era un francés como para ser considerada "Vía Española" (lo de ignorar a Ang Rita y a los nepalíes era más que habitual).
Sea como fuere, fue una actividad de primer orden en 1987, subiendo por la norte de la montaña más alta del planeta abriendo camino por terreno muy difícil. En unos tiempos en los que nos venden la moto con el vianormalismo masificado de los ochomiles, al echar un vistazo hacia atrás, uno comprueba atónito que había alpinistas de aquí que hacían cosas increíbles en los ochomiles, sin ir más lejos un tipo como el señor Bárcenas, famoso en los tabloides por la corrupción del PP, que sin ser una estrella del alpinismo se metía en la norte del Everest haciendo más historia que la mayoría de los alpinistas que llenan hoy y han llenado estás últimas décadas algunas páginas de nuestra prensa y de nuestra historia.
Comentarios
Publicar un comentario