La historia de Jordi Canyameres y Quico Dalmases en el Dhaulagiri en 1989

 




<<Practicando un alpinismo extremo, de gran compromiso, en las antípodas del circo y de los egos que se ven en estos últimos tiempos>>

-ROSA M. BOSCH, La Vanguardia 2019.

La revista Desnivel recupera para los nostálgicos y los amantes de la historia del alpinismo, la extraordinaria historia de los catalanes Jordi Canyameres y Quico Dalmases en el Dhaulagiri, en el año 1989, mediante un monográfico que recoge el relato inédito, en primera persona, del propio Jordi, único superviviente de aquella espectacular cordada en una de las grandes y más difíciles paredes de la Tierra; la cara oeste del Dhaulagiri. 

En unos días y en unas semanas en las que se nos anuncia a bombo y platillo en los medios estatales la participación de gente de aquí en expediciones a la ruta normal de este ochomil del Himalaya de Nepal (agencias de viaje, huella abierta por sherpas, cuerdas fijas, porteadores de altura, campo base mini-ciudad, redes sociales), una ruta abierta hace 61 años, y que ya conoce el ascenso de casi un millar de alpinistas, creo que merece atención que algunas personas o medios recuerden o recordemos que hay otro tipo  de alpinismo de calidad que sucede y ha sucedido a la par de todo el "circo mainstream". La  tristeza es que  alpinistas de altísimo nivel que pudieran continuar con ese alpinismo de calidad o de exploración, veteranos y promesas, se ven sin apoyo ni fijación de los medios o marcas, centradas en lo otro. El ejemplo de Canyameres y Dalmases es el ejemplo de que hace 32 años ya había gente de aquí planeando muy alto en la séptima montaña más alta del planeta. Pero era 1989 y la gente no sabe o no recuerda, o no quiere recordar. Entonces, ¿por qué esta fijación de los medios por alpinistas y rutas infinitamente repetidas? ¿Es el mercado, los influencer y lo que vende entre el gran público lo que manda? ¿Por qué no explicar al gran público lo que es el alpinismo de calidad, y lo que es el turismo de altura? Desde que en 1979 un equipo navarro-catalán, compuesto por Iñaki Aldaya, Javier Garayoa, Gerardo Plaza, Jordi Pons y el sherpa Ang Rita hollara la cima, varias docenas de alpinistas del estado han conquistado la cima de esta montaña. Y ojo a una de las preguntas estrella que se hace mucho en este blog; ¿si el Dhaulagiri en vez del Himalaya estuviera en los Pirineos, cuántas ascensiones registraría por la ruta normal?

Tras escalar en cinco días la ruta abierta por un equipo de fuertes checoslovacos en 1984 (cinco años antes) por la imposible vertiente oeste de este ochomil, Jordi Canyameres y Quico Dalmases sufrieron una importante bajada de temperaturas a una altitud de 7600 metros que les bloqueó en su tienda, mermando significativamente sus fuerzas. Ante esta problemática, Quico piensa que coronar la cima del Dhaulagiri y descender por su ruta normal es lo más sensato que se puede hacer en ese momento, desechando la arriesgada idea de retirarse por la vertiginosa ruta que han escalado. Pero Jordi piensa que descender desde su posición por la cara norte de la montaña es una idea más factible para sobrevivir. Finalmente decidirán dividir sus caminos tras repartirse el material (incluso, cortan por la mitad la cuerda y cada uno se queda con una mitad). Jordi sobrevivirá tras destrepar en otros cinco días entre alucinaciones y congelaciones, la cara norte del Dhaulagiri, una vertiente esquiva a las primeros intentos internacionales de ascensión a este ochomil (hasta identificar en su arista noreste el camino más fácil hasta la cumbre). Mientras, Jordi desaparecerá para siempre en las laderas superiores de la montaña...... 

<<Estoy seguro de que Quico llegó a la cima. Me gustaría encontrar su cadáver, recuperar su libreta y leer sus últimos pensamientos. Quico escribía mucho y muy bien>>

-Joan Dalmases, padre de Jordi Dalmases en 2019. 

Como curiosidad y ejemplo de amor paternal, es emocionante el empeño que pone desde hace décadas el padre de Jordi por encontrar su cuerpo y conocer qué le pasó realmente a su hijo, si hizo cima o no, y cómo encontró la muerte. El hombre, de más de noventa años, ha recopilado testimonios y documentación para intentar aclarar qué pasó allí arriba. Como curiosidad, ha intentado identificar a dos cadáveres de alpinistas que hay en las inmediaciones de la cima del Dhaulagiri, consiguiéndolo para uno de ellos (es el alpinista alemán Albrecht Hammann, muerto en 1995), y mantiene la esperanza en el otro, aunque tras muchos testimonios, hay dudas de que exista ese segundo cadáver. Sea como fuere, ojalá algún día conozcamos qué pasó realmente con Quico Dalmases. 

Cara Oeste del Dhaulagiri.


La última foto de Quico que sacó Jordi desde la tienda a 7600 metros. 







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