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Paseos en la Zona Media de Navarra. |
¡Hay que ver lo que da de sí un resbalón haciendo barranquismo! Los 25 días últimos han sido de paseos y paseos, recuperando un hueso que no puede inmovilizarse, y conociendo lugares de nuestra geografía que de otra manera no habría conocido.
Cañón de río Ubagua, Cuevas de Amutxate y Otsaita en Aralar, el Salto del Nervión o la Entrada Norte a las Bardenas han sido testigos mudos de mi progresiva recuperación, y hoy les ha tocado el turno a los
Dólmenes de Artajona y a los Altos de Ibarbuero.
Los Dólmenes de Artajona tienen fama de ser los mejores conservados de Navarra, con estructuras bastante complejas y piedras de gran tamaño. A estos dos monumentos funerarios se les calcula entre 3800 y 5000 años de antigüedad, y los podemos visitar en la misma cuerda de los Altos de Ibarbuero, modesta línea de cumbres que separa la trasera de la Sierra del Perdón de la Zona Media de Navarra. Ainara y yo haremos una circular de más de ocho kilómetros partiendo desde el pueblo, sin ir con el vehículo hasta el parking de la sierra, para alargar el paseo. Y a la subida nos aburriremos un poco porque la pista de acceso va por una vaguada monótona, sin embargo la cosa cambia en la sierra. Allí nos recibirá primero el Dolmen del Portillo de Enériz, que es impresionante, de gran tamaño, y no tiene nada que ver con los que conocemos de Irati o Aralar. Cerca está la cima de Egastiaga (594m) que coronaremos con vistas a la Sierra de Alaitz, Peña Unzue, Etxauri, Iriberri y la cercana Sierra del Perdón. Los Altos de Ibarbuero parecen ganar altitud hacia el Este, y no descarto una futura visita corriendo por el monte en este sitio, porque hay infinidad de pisas y senderos. Enseguida bajamos a conocer el Dolmen de la Mina, tan grande y espectacular como el primero. Se halla protegido del norte por la misma línea de cumbres, y almorzamos apoyados en él ¡Buenos lugares para hacer batzarres! En ambos dólmenes de Artajona llama la atención el gran volúmen de sus piezas y lo bien conservadas que están sus estructuras, distinguiéndose perfectamente el corredor, la puerta y la cámara mortuoria.
Para el regreso, tomaremos las sendas que se dirigen al sur y que atraviesan la cota 571, antes de coger una pista paralela a la que tomamos de subida, la cual al ir sobre la loma, posee muy buenas vistas hacia Artajona, sus campos y el cerco del s.XI. En total, casi dos horas y media de paseo y cultura. Hasta la total recuperación seguirá habiendo más de estas cosas. Después, caña.
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