"También nos roban la Montaña", la charla de Pablo Batalla.

 


La librería Muga y Planetario de Pamplona organizaron el pasado jueves en la Sala Tornamira del Planetario la charla “También nos roban la montaña” a cargo de Pablo Batalla. El asturiano, autor del ensayo "La virtud en la montaña. Vindicación de un alpinismo lento, ilustrado y anticapitalista" (Ediciones Trea), hizo un alegato interesante frente a la actual cultura del consumo rápido, y otras cuestiones sobre el montañismo y ese capitalismo desaforado que vivimos y que coloniza todos los órdenes de la vida y la sociedad.

Lo positivo.

Durante cuarenta y cinco minutos, un Pablo sorprendido por la buena afluencia de personas en contraste  con otros lugares, expuso los ideales y pensamientos plasmados en su obra de hace casi cuatro años, antes de abrir sesión de preguntas.  Hoy día, cautivo y desarmado el pensamiento crítico y humanista, los tentáculos del ultracapitalismo lo estrangulan todo. Pablo hizo hincapié en la crisis de cualquier idea de colectividad, fraternidad y su sustitución por formas de actuar que tienen que ver con el capitalismo neoliberal y el individualismo competitivo que nos hacen practicar en todos los órdenes de la vida. Hubo menciones a la crisis en los clubs de montaña (menos afluencia, edad media mayor), a la descontrolada competitividad y comparación entre individuos e individuas, al impacto de algunas carreras de montaña en espacios naturales protegidos y/o sensibles a su alteración, a la obsolescencia programada de muchos materiales de montaña, el colonialismo que hemos mostrado y seguimos mostrando con sherpas o poblaciones del tercer mundo que trabajan, o son directamente explotadas, al servicio del "hombre blanco", e incluso hubo alguna mención al feminismo. 

El ultracapitalismo no es ajeno al negocio que también existe en la práctica deportiva en el medio montañoso, y también se está apoderando de ello. Por eso ellos, los ultracapitalistas,  "también nos roban la montaña". Una montaña sensible, lenta, ecologista, humanista, meritocrática o feminista parece extinguida o en proceso de. En tiempos en los que cada persona conforma su propia empresa, hace su propio marketing individual para todo, unirse para crecer, debatir o construir parece una quimera. Por esto y más, personajes como Pablo son más necesarios que nunca, el problema es que son cada vez menos.

Lo que se omitió.

Personalmente, eché de menos alguna referencia más a la masificación y al negocio despiadado de los rincones de montaña a consumir. Redes y medios, en total interés de negocio, dan fama a cuatro y quitan valor al resto. Son tiempos en los que nuestra propia sociedad, la navarra por ejemplo, ha pasado de cantar y transmitir emocionados el concepto  de "Gure bazterrak" de Mikel Laboa, a cantar "nuestros rincones chic de Instagram" ninguneando, desechando o incluso despreciando muchos de nuestros rincones de montaña. La gente valora, da likes y visita, lo que se pone de moda, sin criterio propio ni humanismo.  También eché de menos alguna buena referencia al feminismo y al gran problema actual de la mujer deportista de montaña, síntoma del ultracapitalismo machista que vivimos. No se visibiliza a la mujer que practica montaña sino muestra determinados roles (sexualización, guiada por hombres, superficial y tonti etc), y se deja de empoderar a mujeres top, algunas de las cuales superan a los hombres. Eso no es feminismo. Por otro lado, en el campo del ecologismo y del anti-consumismo, no hubo referencias a las mejores actividades de alpinismo que se practican en el planeta, y que son minimalistas, ecologistas, cero colonialistas y grandes exponentes de superación, dificultad y valores de montaña. Por una razón exclusivamente mercantil, redes y medios nos venden actividades mucho menos meritorias porque tienen mucho más que vender (expediciones comerciales, grandes materiales, patrocinio de multinacionales etc etc). 


Lo que no fue tan positivo.

Hubo cierto enjuiciamiento a quienes corren por el monte. Es entendible y necesaria una crítica al modelo de carreras y al "machirulismo" por ejemplo que nace a veces de la competición, pero debemos ser cuidadosos a la hora de la crítica, porque el tiro puede salirnos por la culata. Me explico; ir a mayor o menor velocidad por la montaña no es reflejo de captar mejor o peor las maravillas y las esencias de la montaña. Un montañero desentrenado, fumador y sendentario se puede ahogar a 1km/h  y no llevarse nada de la montaña al hipocampo, y un corredor entrenado, no fumador y activo, disfruta y capta toda la esencia de la montaña a 7km/h. Cuidadín con los prejuicios. Al fin y al cabo Heidi también corría por la montaña, y hacerlo de manera sana da mucha comunión con la montaña, el viento o la naturaleza. Finalmente Pablo tuvo que decir en la sesión final de preguntas que "No había que demonizar el hecho de correr". Por otro lado Pablo cayó en el error de creer y transmitir en Pamplona diez años después un hecho completamente falso de Kilian Jornet. No seré yo quien defienda a Kilian y a su antiguo sponsor Salomon de todo el marketing engañoso que nos metieron durante un lustro, pero ante cuestiones así hay que ser exactos: En verano de 2013 a Kilian Jornet y Emilie Forsberg no les rescataron en el Mont Blanc con ropa y material de trail. Se les rescató en la parte final del Espolón Frendo a la Aiguille du Midi con material ligero de alpinismo. Respecto al "Efecto Kilian" del que se habló en Chamonix hace una década y que recuperó Pablo para los oyentes del jueves, llama la atención que se responsabilice al atleta catalán de que haya gente sin dos dedos de frente que le imite, cuando no se hace con otros u otras atletas de otros deportes de montaña. Alex Honnold escala paredes dificilísimas sin cuerda, Charles Leclerc hacía lo mismo sobre hielo y terreno mixto expuestísimo, Dean Potter hacía proximity en traje de alas (!!!), De la Rue baja en tabla de snow por lugares imposibles de medio mundo, o Silvia Vidal se va sola a paredes imposibles de lugares remotos sin que nadie hable de ningún "Efecto-Alex" o "Efecto De la Rue", porque gente que se mata haciendo free solo o esquí extremo hay mucha. O se hace con todos, o con ninguno. 


Agradecimiento pleno a que todavía en una ciudad pequeña como Pamplona, en una sociedad de montaña como la navarra, aun queden espacios de charla, crítica e intercambio sano de opiniones sin el recelo del humano medio que se fabrica, o fabrica, este sistema de rebaño. Cheerss!





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