Paulino el Husky en Ardibidepikua Bertikala
En la vuelta de la Camille Extreme a la normalidad tras una pandemia y unas vacunas de a peseta de por medio, se estrenaba el viernes por la tarde un nuevo formato KV de introducción al finde, campeonato navarro además, partiendo del frontón de Isaba, un lugar con mito ya del trail navarro, y con 800 metros positivos hasta la cima de Larraza, una vieja conocida de mi adolescencia cuando íbamos a hacer su cresta de trepadas hasta el Arnaia...
Bajo un sol de justicia pese a ser las seis y media de la tarde, los corredores partimos hacia el bosque que baja empinado desde Ardibidepikua cada 30 segundos y en grupos de dos en dos. La arrancada es junto al gran oso Camille y los primeros 300 metros son de correr a placer con curva a izquierdas con público, y con repechón de quitar el hipo al internarnos en el bosque. El recorrido remonta endiablado el último descenso de la Camille y subo con unas piernas de escándalo. Tras el KV de Fuente Dé y los estrenos desde febrero, siento el fruto del esfuerzo canalizado en mis piernas. Me siento ligero y rápido y no acuso para nada el calor, que dicen, comentan, es agobiante. Atravieso una gran recta entre los ánimos de mucha nice people; desde esos roncaleses como Imanol que son buena gente en general aunque tengan en el escudo del valle la cabeza de un moro cortada, hasta los chicos y chicas de #Losquehaceres, que tientan a los participantes con un abandono o un alto para beber priva. Pero yo a lo mío, contento con las sensaciones y el ritmo alegre de mi tren inferior, ajeno a ese tipo de tentaciones.
Poco a poco voy interceptado y adelantando a otros participantes. Kepa e Iranzu se echan a un lado y me animan, adelanto a dos corredores más y afronto el llano previo al tramo final despejado de árboles. Por detrás me empiezan a adelantar los cocos de la carrera, pero no dan ningún miedo y les cuesta despegarse de mi. El objetivo de bajar de 43 minutos sigue intacto. Mikel Beunza va hablando, el Labairu pega saltitos como un gorrión y Ion Sola y Thibaut bufan como búfalos. Hay que ver lo exagerada que es la sociedad con la ola de calor que dicen que padecemos, a cualquier cosa llaman ola, desde un catarro por coronavirus a un ligero incremento de la temperatura, si es que... No entiendo a los franceses que estos días recortan carreras de ciclismo profesional o prohíben la práctica de deporte al aire libre, tampoco a los oscenses por su anulación de la Quebrantahuesos... Dicen además que hay cambio climático y que hay incendios y no me lo creo porque no hace tanto calor. El auténtico deportista, el duro, el que se emociona con el Conquis y los músculos crecientes del Crosfit no palidece por dos grados de más. ¡Aupa el macho que todo lo puede, joder!
La llegada a meta es apoteósica, qué vistas, qué emoción, qué repecho final pedregoso, qué esfuerzo recompensado. La presidenta Chivite se me acerca mientras tomo aire como un pez fuera del agua, "qué mérito tenéis y qué blog más bonito tiene, caballero", "eskerrik asko presidenta, viva navarra". A un lado la Ayuso tras un mitin sobre que la libertad es beber cerveza y hacer deporte con calorazo, que nadie te puede prohibir reventar entre calor, y un bonito gesto de despedida, se monta en un helicóptero del Greim para largarse a los madriles, "daremos vuelta mi presidenta, porque hay columnas de humo que rodear", le dice el piloto. Y a un lado el oso Canelito, hijo de Canelle, la última osa autóctona del Pirineo, se acerca para chocarnos los cinco, no ha podido desaprovechar esta oportunidad de conocer tan esforzado ejercicio de poderío y fortaleza física y de salud y de....
-Pau, ¡Pau! ¡Pau! ¡Pau!
-...mmmmmmm...
-Que te levantes Pau.
-¿Qué?
-Que se va a hacer tarde, son las 8 y media de la mañana. Hay que hacer barranquismo.
-...joder, ¿dónde estamos?
-En Mata de Haya.
-Mecaguendioro, estaba soñando que estaba en la meta del KV.
-Vaya mierda de carrera ayer Pau, te retiraste en el km1, falso, más que falso.
-Odio el calor, qué asco de vida, no puedo abrir gas.
-Calla melón.
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