La mochila del peregrino muerto de Arbanta y romperse el Sacro.

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Nunca antes un barranco nos deparó tantas sorpresas. ¿Quién podría imaginar el domingo en Lepoeder, a 1400 metros de altitud, antes de afrontar uno de esos descensos acuáticos estrella de nuestras montañas, mientras nos calzábamos el neopreno y los escarpines, que esta actividad me iba a llevar en menos de cinco días a declarar ante la Policía Foral y a ser introducido en un tubo de resonancias mientras por los auriculares suenan varias canciones pastelosas de Nino Bravo? Bajar Atxitarro-Arbanta (2300m, R16, L30) nos llevó a Asier, Edu y a mí seis horas y media de actividad este pasado domingo. En total una quincena larga de rápeles y el descenso de un montón de cascadas, algunas de gran belleza, en un marco de nuestra geografía remoto y muy selvático, protegido como Área de Protección de Fauna Silvestre, sin senderos ni caminos. A lo largo de aquellas casi siete horas de actividad sufrimos dos incidentes tremendos. El primero, hallar la mochila del peregrino alemán que apareció muerto a la salida del barranco de Arbanta hace un año, y el segundo, romperme el sacro tras un resbalón y caída de nalgas tras sacar una foto a Asier, que rapelaba un corto resalte con recepción en una poza redonda perfecta. 


La Mochila 

Hace un año y un mes, un peregrino alemán con las iniciales S.U. apareció muerto casi a la salida del Barranco de Arbanta, muy cerca del término de Tres Puentes. La noticia apareció en los medios de comunicación navarros y causó cierto revuelo en el pueblo de Luzaide. Al parecer apareció semidesnudo y con múltiples traumatismos, y mucha gente empezó a preguntarse qué demonios le había pasado a este peregrino. Un año antes, Asier y yo habíamos descendido en su totalidad el Barranco principal de Arbanta, desde las antiguas minas hasta su desembocadura en el río Luzaide, practicando 17 rápeles acuáticos y empleando cinco horas para salvar sus casi 3 kilómetros abruptos. Al conocer la noticia entendí que el peregrino alemán se habría perdido entre Leizarateka e Izandorrea, debido al mal tiempo o la niebla, y habría acabado descendiendo sin material para ello por todo el Cañón de Arbanta, el cañón que Asier y yo descendimos, en busca de la seguridad del valle. 

Sin cuerda ni neopreno la travesía del cañón se antoja muy difícil o casi imposible, sin sufrir caídas e hipotermia. Escribí por aquí mi posible versión de los hechos, y el hallazgo del domingo parece confirmar la hipótesis de algunos; el peregrino se perdió y bajó por uno de los rincones más abruptos de Navarra. El domingo, dos kilómetros intrincados y difíciles barranco arriba de donde apareció el cadáver del peregrino, Asier, Edu y yo vimos un bulto sospechoso en la orilla derecha del cauce mientras hacíamos la trave Atxitarro-Arbanta, reequipada hace tres años. Quizá si hubiéramos ido más pegados a la orilla izquierda no habríamos visto el bulto. Sobresaliendo de hojas de haya mojadas y con algún brote de musgo sobre la tela, apareció ante nuestros ojos una mochila de monte con una concha del Camino de Santiago. Y nos acojonamos. Al lado estaban apoyados en el suelo dos bastones de Treking. A simple vista parecía depositada. Nos vino a la mente varias posibilidades; que fuera la mochila de un peregrino que en su día se perdió y salió de allí por su propio pie, que fuera la mochila del peregrino alemán del que sabíamos la historia, o que fuera la mochila de otro peregrino desaparecido y muerto recientemente. "¿Y si encontramos un cuerpo unos metros más abajo?". Por unos minutos, hasta abrir la seta de la mochila y comprobar la documentación del peregrino, estuvimos acojonados. Me gustaría dejar claro que ninguno de nosotros sabía si el peregrino alemán muerto había aparecido con o sin mochila, creo que es un dato que se omitió en la prensa. Después nos hemos enterado de que Policía Foral y Bomberos de Navarra buscaron los enseres del peregrino por todo el cauce del Cañón de Arbanta sin resultado. Y resulta que por un casual los hemos encontrado nosotros, despejando todo tipo de dudas o de hipótesis.

<<La autopsia del hombre muerto de Arbanta practicada la semana pasada, no ha podido esclarecer el motivo exacto de la muerte, aunque sí observará que el cadáver presentaba innumerables traumatismos y que coincidía la fecha de la muerte con los días que se supone desapareció el peregrino. Días en los que hizo mal tiempo. Al parecer el hombre se desorientó en la etapa del Camino que va por el monte (en invierno se cierra y se obliga a los peregrinos a realizar el tramo de carretera con algún tramo de monte), hasta acabar moribundo, extenuado, con hipotermia y lleno de contusiones en la parte final de Arbanta, no muy lejos de la salvación del valle principal.....>>

-Montañas de Camille, 11 de octubre de 2017. 

El lunes, con dolor en la parte baja de la espalda, acudí a la Policía Foral a declarar, tras ponernos en contacto con ellos el domingo por la noche. Declaré cómo se había producido el hallazgo, entregué algunas fotos y señalé en un mapa de SITNA el lugar aproximado del mismo. 

Desde aquí mis más profundos pensamientos en el peregrino alemán y su familia. Es una pena que, tras pelear tanto tiempo, tras abandonar su mochila para ir más rápido, descendiendo por uno de esos lugares abruptos tan peligrosos, el hombre, desesperado, golpeado y con hipotermia, fuera a morir tan cerca del valle principal y la carretera. Le faltó poco para salvarse... Arbanta es un cañón de gran belleza, algunos barranquistas comparan su paisaje con lugares tan lejanos como Madeira o Azores, pero un oasis así de belleza y espectacularidad puede convertirse en un infierno para alguien herido, con frío y angustiado. Una pena.

Fractura de Sacro.

Lo dicho en el primer párrafo de este post: Una foto a mi compañero rapelando, un giro sobre mí para abandonar la ladera, una piedra del tamaño de una tostadora que se mueve bajo mi pie debajo del musgo y la hojarasca, una caída de nalgas y el impacto fuerte de mis lumbares contra la piedra del tamaño de una tostadora. Y ruido feo y dolor, mucho dolor. Al lado una salamandra mira la escena sin inmutarse. Al menos puedo caminar, aunque me duele bastante si levanto mucho los pies o me agacho. Quedan tres horas y media de destrepes, rápeles y caminata por zarzas. Qué putada. A Asier y Edu les digo que voy a intentar no detenerme ni un minuto, y por eso, tras salvar cualquier escalón del cañón en primera posición, continúo sin esperarles, lento pero constante, ya me pillarán. La cascada de Turrustaundi de 30 metros la rapelo como puedo, de medio lado y dejándome resbalar. ¿Lo peor? La última hora con bastante dolor, atravesando mares de matas y sobre terreno descompuesto. Voy con los cordones sueltos y no puedo ni atármelos. Por aquí murió el alemán y yo me siento morir de dolor. Asier me dice que nunca me ha visto tan manso. No te jode. Y yo concentrado mientras aprieto los dientes en llegar a Gañekoleta, donde tenemos el otro coche, aunque algún juramento en arameo también hay. En este barrio de Luzaide sentiré alivio al quitarme el neopreno. Quizá sea solo un golpe. A ver....

Lunes y martes seguiré haciendo vida normal, trabajando y tal, para ver cómo evoluciona el golpe, hasta que el dolor, en aumento, me hace ir al médico de la Federación. Resultado; fractura del Sacro según las placas de rayos X. Y hoy, resonancia magnética en tubo claustrofóbico, y con música de Nino Bravo durante 20 minutos. Me espera un mes largo de recuperación y buenos alimentos. Paseos en llano y meditación. Asier dice que tengo el culo de mantequilla. Otra cosa es el suyo, experto en mil embistes y batallas. El Sacro es el siguiente hueso a las vértebras lumbares, antes del Coxis, el que remata toda la columna vertebral. Dicen que para sentarse y hacer de vientre la fractura del Coxis es muy jodida, mientras que la del Sacro me está produciendo dolor al estar tumbado o semiacostado. 

Si Arbanta era un lugar que llevábamos en el corazón, tras el viaje de aventura del año 2016, a partir de ahora, tras la travesía de su afluente de Atxitarro y su parte inferior, lo llevaremos almacenado en la corteza prefrontal de nuestro cerebro hasta que perdamos la cabeza o la vida. Romperse un hueso del culo y encontrar la mochila de un peregrino muerto en una misma actividad supera cualquier expectativa barranquista. En cuanto me recupere más y mejor. Hasta la vista barranquistas.

-Dead in the Water de Noel Gallagher (2018)
(En el agua
Muerto en el agua...
Estoy esperando la calma mientras la tormenta se me mete debajo de la piel)

Arbanta Principal.

Lugares poco recomendados para atravesarlos sin material.

Turrustaundi


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