La primera vez que practiqué boulder en la Ciudadela de Pamplona fue hace una buena pila de años. Corría el año 2001 cuando un chico de clase de formación profesional y yo acabamos haciendo varias txandas de varios metros en el Muro Largo, utilizando el mismo par de pies de gato para los dos, curiosos e intentando imitar a todas aquellas personas que habíamos visto escalar en sus murallas. Al segundo día nos pasó una cosa sorprendente; mi compañero de clase escalaba y yo lo miraba tumbado desde la hierba cuando se percató de que algo extraño estaba ocurriendo a mis espaldas, en el camino de los fosos, "mecagüen la puta, tú". Me giré y vi a un punki sin camiseta, mazado, masturbándose como si no hubiera un mañana a la vista de todo el mundo. El tipo acabó sobre el banco de madera que había y hay allí mismo, y juro que nunca me he sentado en él desde aquel día. A la semana siguiente la policía municipal de Pamplona andaba buscando a un depravado que iba masturbándose a la vista de niñas y mujeres jóvenes en los fosos....
En aquella primera época la Ciudadela fue un parque de juegos de primera categoría porque vivía en la Milagrosa y me costaba poco caminando llegar a ella. En poco tiempo fui progresando hasta hacerme casi todas las paredes clásicas del lugar. Y el ambiente era, bueno, sigue siéndolo, espectacular. Para mí era una gozada realizar 200 metros de boulder ininterrumpidos, imitando a toda la gente machacona que había en aquellos años. En lo que no les imitaba era cuando escalaban hasta lo más alto de los dos baluartes sin cuerda. Gente fuera de serie, joven y sin pasta, de la "old school" vamos a decir, ya se sabe porros y cerveza, y que poco iban a rocódromos. Después llegarían los súper rocódromos y la Ciudadela quedaría más para rollo hippie recreativo, hasta con nuevos anclajes químicos para practicar slack line en los callejones y demás. Entre estas paredes he podido conocer a personas interesantes eskalatzailes que ya no escalan, o que han cambiado de área de acción. También he conocido a personas extravagantes y en una ocasión me atreví a charlar con el tipo más destroyer que nunca conocí, un adolescente demacrado con camisetas de Eskorbuto y Cicatriz, ciego a cervezas y costo, que venía todos los días a la Ciudadela a seguir bebiendo y fumando con la mirada perdida.... En una ocasión crucé cuatro palabras con el gran Iñaki Ochoa de Olza mientras paseaba a su perro Ulises, en otra fui "asaltado" con una cámara de fotos antigua por un fotógrafo underground holandés, en otra un conocido que trabaja de jardinero me gastó una broma mientras escalaba al ponerme la punta de la desbrozadora en marcha a poca distancia de mi cuerpo, o en otra ocasión vi el ostión del siglo cuando un tipo muy estrafalario practicaba boulder con piolos y crampones al más puro estilo "dry tooling"... Lo que nunca olvidaré son los ritmos de batukada veraniegos, la música de los acordeonistas, el ambientazo juvenil las noches calurosas, la priva y el olor a petas, o la quietud y el frío de la noche invernal mientras practicas boulder a la luz de los focos. Es curioso, desde el año 2012 hasta 2015 que empecé a cursar Técnico Deportivo de Montaña, dejé por completo el mundo de las trepadas y actualmente no sé ni cómo fui capaz de hacerlo. Para mí escalar es sinónimo de Ciudadela y ambiente urban underground, y este rollo me da la vida. Y punto.
Añado un croquis de los muros clásicos con los grados de dificultad que se decían en la época. Alguno he decotado por lo que también se debatía en la época. El 6c del Callejón del Baluarte Real se decía que era 7a hasta que se rompió un bloque de la base formando un nuevo reposo para el pie, o el muro de 6a de la derecha se decía que era 6a+, lo cual provocaba controversia entre los frikis. Sea como fuere, que uno no pueda hacer todo el Muro Largo (V/V+) no implica que después no pueda hacer vías de escalada vertical de esas dificultades, o que si uno se maneja como pez en el agua por los 6b-6c, ensayados, tampoco implica que después pueda hacer vías de escalada de esa dificultad. No he incluido en el croquis boulderes más cañeros del interior de los Baluartes o de los Revellines de los fosos.
Existe en la red un blog muy interesante que publicó varios posts entre los años 2010 y 2011 sobre la Ciudadela, se llama dentrodelfoso.blogspot.com, y en el aparecen varios croquis de bloques cañeros y aparecen algunos tiempos de récord del Muro Largo (6 minutos 21 segundos para sus 120 metros). Cuando en 2015 retomé un poco el arte de escalar, me jugué una cerveza con una escaladora que era capaz de bajar de 15 minutos para estos 120 metros. Actualmente si lo ensayo un poco bajo de 13, pero como ella es un poco así, pues que le jodan. También hay un artículo muy guapo del "builder" en Pamplona en un número de la revista Pyrenaica de 1983. En él se arrojan algunos datos muy interesantes como que esta disciplina comenzó en 1979, también es curioso comprobar que hasta ese año aun se podía escalar con cuerda las murallas de la Ciudadela, el Redín y Media Luna. Años después el Ayuntamiento prohibiría escalar las murallas en vertical.
Os dejo con unas fotos recientes de mis amigos Txeko y Josean, eskalatzailes de la "Old School". Los tíos progresan que da gusto.
-"Delibery" de Babyshambles (2007)
(Ve si tu puedes romper el sistema, ve al cen tro de la ciudad
Donde todas tus facetas y modas se uniran
Finge que es 1969 por siempre
Encuentra una chica, consigue un trago, baila y juega)
Yo creo que estuvimos escalando con cuerda allí hasta principios de los 90. Mi hermano y yo abrimos la mayor parte de las vías armados de un berbiquí de manivela y un cepillo, clavando a martillazos tornillos de 8x60 en los agujeros, así que no era buena idea traccionar hacia afuera .Los parábolts ni los conocíamos, y los spits eran demasiado caros además de meter mucho ruido por el martilleo que necesitaban para introducirlos. Solíamos equipar de noche para evitar que nos viese la policía municipal, y en ocasiones pasamos miedo al hacerlo porque algunas zonas eran muy poco recomendables para estar solo y de noche. Alguna vez el que estaba más expuesto permanecía asegurado y armado por la fauna nocturna de yonkis y quinquis. La reina de las vías fue el espolón psicotronico en el Redin, que si bien no era la más difícil, si era la más alta con unos 20 mts. Fueron años que recuerdo con cariño, y permitieron que muchos escaladores navarros se iniciarán allí, entre ellos Iñaki Ochoa de Oza a quien mencionas. Un saludo
https://youtu.be/NlweoR3zvUI
ResponderEliminarYo creo que estuvimos escalando con cuerda allí hasta principios de los 90. Mi hermano y yo abrimos la mayor parte de las vías armados de un berbiquí de manivela y un cepillo, clavando a martillazos tornillos de 8x60 en los agujeros, así que no era buena idea traccionar hacia afuera .Los parábolts ni los conocíamos, y los spits eran demasiado caros además de meter mucho ruido por el martilleo que necesitaban para introducirlos. Solíamos equipar de noche para evitar que nos viese la policía municipal, y en ocasiones pasamos miedo al hacerlo porque algunas zonas eran muy poco recomendables para estar solo y de noche. Alguna vez el que estaba más expuesto permanecía asegurado y armado por la fauna nocturna de yonkis y quinquis. La reina de las vías fue el espolón psicotronico en el Redin, que si bien no era la más difícil, si era la más alta con unos 20 mts. Fueron años que recuerdo con cariño, y permitieron que muchos escaladores navarros se iniciarán allí, entre ellos Iñaki Ochoa de Oza a quien mencionas. Un saludo
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