Hiru Herri Trail 8K
Este domingo participé en mi primera carrera de montaña real, tras el parón de un lustro, sin contar la Sansilbestre aezkoana y el Cross de Reyes de Gares de estas navidades pasadas, las cuales en realidad no poseían grandes desniveles. En 2019 participé en la versión larga de la primera edición de la Hiru Herri Trail que se celebraba, y en esta ocasión participaré en la versión corta desde Huarte. La idea es ir subiendo el kilometraje de los entrenos y de las carreras durante el año, escuchando al cuerpo y a la rodilla, y tras dos carreras de 5 kilómetros tocaba una de 8, antes de pasar a los dos dígitos con la siguiente jiji. En Huarte llevan ya seis ediciones celebrando esta carrera de montaña que se desarrolla sobre terreno de sobra conocido, cuando vivía y entrenaba en Atarrabia entre 2005 y 2016. El monte Oihana, el Narval o los montes sobre Olloki los llevaré siempre en mi corazón.
El recorrido de la corta hace una gran bucle de subidas y bajadas en la vertiente sur del Monte Oihana, antes de rodear toda la vertiente norte y afrontar la subida a cumbre por la espectacular senda del filo oeste. Los últimos kilómetros sirven para bajar de cumbre a Huarte haciendo otro nuevo bucle en la cara sur. En total 8 kilómetros de sendas y recodos mil veces atravesados sumando más de 400 metros de desnivel positivo.
A destacar mis dos salidas nulas en la plaza de Huarte, si lo hubiera hecho en una pista de atletismo estaría eliminado jiji; primero cuando al llegar justo de tiempo al arco de salida, casi me involucro en el pelotón de la larga que saldrá algunos minutos más tarde de la hora fijada, y segundo cuando varios saldremos junto a los niños de la carrera infantil, para ser parados algunos metros más adelante y ser absorvidos por la manada de la salida buena a mil por hora. En estos primeros metros a mi lado Aitana, y algunos metros más adelante varios de los favoritos y algún aezkoano (Gaizka Arbizu, Joseba Amatria...). Tras el bucle de la cara sur el pelotón se estira y coronando la segunda aldapa, veo en los laterales a Mai, su primo Iñigo que es el novio de Aitana, y a su padre Javi y su chica Cristina. El monte está lleno de barro aunque ya no llueve lo de la mañana. Así, decido ir muy tranquilo en las bajadas, chocolateadas y resbaladizas, y se me van dos mundos en dos bajadas, pero me da igual, ya habrá carreras secas para jugar sin forzar. En la subida a cima subo bien y en su descenso a meta voy mejor porque el barro no es tan crítico, disfrutando sobremanera, y afrontando un último kilómetro sobre cemento y asfalto más contento que unas castañuelas, hasta cruzando alguna palabra con los corredores. Firmaré 47 minutos y pico, un 33 puesto de 178 participantes, y ojo; un sexto puesto de veteranos... ¡ya soy veterano!
La carrera la ganará Gaizka Arbizu bajando de los 40 minutos, aunque un mítico en la organización como es Juanjo Vizcay me contará que ha habido algún despiste entre los primeros en el entramado de cruces del recorrido. Las primeras chicas de la corta llegarán pisándome los talones, ganando Karmele Garaioa y quedando segunda Eider Delas, a la que felicitaré en el frontón. Dice que tenemos que hacer barranquismo. Pues vale. La pamplonica sale en este blog en varios post de Etxauri, Belagua o Riglos. Séptima en chicas será Aitana, la salacenca-valenciana sube como un cohete y yo tengo mucha fe en ella. También tengo fe en su novio y en su cuñado.
Los campeones de la larga serán el incombustible Ion Sola (se me mosqueó el año pasado porque dije que la famosa curva de la Itzulia donde se jodieron parte de la temporada Roglic, Evenepoel y Vingegaard era facilona y que la caida se había producido por otros factores), y Ainara Alcuaz.
Poco a poco voy cumpliendo objetivos. Próxima estación; el Trail de la Sierra de Codes.
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