Garganta de Irués V2 A3 II
-Infobarrancos.es.
La Garganta de Irués es uno de esos lugares apartados donde descubrir la verdadera esencia del Pirineo. El kilómetro y medio de estrechos y rápidos entre Cotiella, Punta Llerga y Peña Solano, se haya allí donde Cristo perdió las sandalias. Tranquilidad y soledad garantizadas. Una de las particularidades del lugar son los aportes de agua fría laterales; uno en el inicio del descenso (el Chorro de Fornos), y varios antes de los rápidos finales (Fuentes de Fornos). El amplio macizo de Cotiella (2912m) guarda en sus entrañas ingentes cantidades de agua fría que expulsa por estas fuentes, formando un rincón de gran belleza que solo puede ser visitado haciendo barranquismo, porque el único sendero del lugar, el que usaremos en la aproximación, atraviesa el lugar muchos metros montaña arriba. Además de estas galerías activas que desembocan en la garganta, hay otras complejos subterráneos fósiles en el Cotiella, como la Cueva 5 de Agosto y la Cueva de los Graners.
El descenso posee tres partes o secciones bien diferenciadas: los llamados "Estrechos del Irués", el gran caos de bloques en terreno abierto de después, y los "Rápidos del Irués". En mucha documentación y croquis se hace referencia a tres estrechos cuando en realidad solo son dos, incluso en la mítica guía "50 barrancos del Pirineo" clasifica en su croquis al gran caos de bloques y a las Fuentes de Fornos en un tercer estrecho (???), sin hacer mención a los rápidos que hay entre pasillos de roca, con cuerdas fijas y rapelitos muy entretenidos de después...
Tras la aproximación desde Badain y tras ponerse los neoprenos, el descenso comienza con varios pasillos muy estéticos donde nadar, un par de rápeles pequeños y un salto muy chulo de 5 metros. El rápel de 8 metros y su posterior pasillo inundado marcan el final de los "Estrechos del Irués". Por cierto, Asier y yo tendremos aquí un pequeño susto mientras ensacamos la cuerda, y recibir desde las alturas de Punta Llerga un desprendimiento de piedras interesante... A continuación hay un largo caos de bloques en terreno abierto que hay que descender con paciencia hasta llegar a las Fuentes de Fornos. En estas, sus aportes laterales de agua conforman un rincón precioso que me recordará mucho al Barranco de Forcos. Y a partir de este txoko comenzaría el segundo estrecho, el conocido como los "Rápidos del Irués", que nos sorprenderá a Asier y a mí, porque a parte de ser un tramo muy bonito, tiene rapelitos, saltos y trepadas técnicas. Al final, tras dos horas y media de descenso, salvaremos in extremis la tormenta eléctrica anunciada, que nos acompañará en los 45 minutos de regreso a la furgoneta, un regreso con olor a verde, electricidad y Pirineo...
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