Ardaitz; reminiscencias de un pasado de fugas.
Barranco de Espotz, entre Ardaitz y el pueblo del mismo nombre. |
A principios de junio de 1938, casi dos semanas después de la fuga del Fuerte San Cristobal del monte Ezkaba, un vecino de Espotz se encuentra con cuatro fugitivos, a los que proporciona comida y les indica la dirección a Francia. El día 5 de ese mes, son apresados en Uriz, a pocos kilómetros, Martín Escribano y José Higuera. El primero es un zapatero de 27 años de Cuéllar (Segovia), y ambos estaban presos en San Cristobal por sus vinculaciones sindicalistas.
Desde entonces silencio... solo el ruido de los pinares mecidos por el viento, o el agua correr por los barrancos... ¿Qué pasó con ellos?
En 1985 el grupo de espeleología Satorrak descubre en una sima de Ardaitz, camino de la cima de Larrogain, los restos óseos de dos adultos...
De nuevo el silencio...
En 2012 especialistas de la Sociedad de Ciencias Aranzadi en compañía de los espeleólogos de Satorrak estudian la sima y los restos humanos. Su dictamen es tremendo; ambos restos corresponden a dos adultos jóvenes, de unos 20 años, arrojados a la sima....
Jacinto Ochoa, de Ujué, también escapó del Fuerte San Cristóbal en 1938, pero fue apresado en Sorauren. En 1940 es puesto en libertad, sin embargo, ante su nuevo activismo político es de nuevo detenido y encarcelado en San Cristóbal. Junto al aezkoano Felipe Celay escapan del Fuerte en septiembre de 1944 poniendo pies en polvorosa hacia las Abaurreas e Irati....
“Nos dirigimos a Sorauren, pasamos la carretera y monte a través fuimos hasta las Abaurreas de donde era Felipe. Allí nos dieron pan y jamón. Desde que salimos del fuerte pasamos dos noches en España y la tercera ya fue en Francia. Pasamos por Irati”.
-Declaraciones de Jacinto Ochoa en 1979.
Jacinto y Felipe pasan la noche del día seis en un corral de ovejas de posiblemente el caserío de Belzunegi. A la jornada siguiente atraviesan los valles de los ríos Erro y Urrobi camino de Aezkoa y el paso fronterizo de Irati. El pueblo de Ardaitz y el Barranco de Espotz son testigos mudos de sus pasos, esta vez exitosos. Allí, sobre sus cabezas, en la laberíntica sierra de Labia, cerca de la cima de Larrogain, descansaban los restos de dos soñadores como ellos, asesinados 6 años antes. Qué perra vida.
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