RAK, 1ª Edición.

138km y 3700m+

Mapa del recorrido.

El 19 de Junio de 1525 se vivió en Auritz/Burguete una de las ejecuciones públicas de la Inquisición más salvajes de la época. Casi un siglo antes a la caza de brujas de Zugarramurdi, en el Pirineo Navarro se acusó a dos centenares de sus vecin@s de cometer actos paganos, y varios de ell@s sirvieron de combustible en las hogueras de la plaza del pueblo. Ahora, 490 años después de aquella horrible ceremonia, varias decenas de deportistas nos hemos reunido en Auritz/Burguete para hacer una de esas cosas susceptibles de haber sido tomadas como brujería en la época; montar en una máquina de dos ruedas que se mueve por acción y obra de las piernas y movernos sobre los altos collados entre Urepel e Irati, envueltos en colores chillones, sombreros a prueba de golpes, pelo de las piernas eliminado y calzado estrambótico.

              Atención. Si alguien espera una crónica convencional sobre ciclismo que se olvide, se pase a otro portal en la red, o mire solo las fotos. Esta clase de viajes sobre dos ruedas me transforman en un cabrón místico y puede que insoportable, y esto se va a reflejar en las líneas que se vienen. 

              A las 9 de la mañana del domingo, tras un aurresku casi espontáneo, arranca la primera edición del RAK, o Ruta de los Akelarres, y como miembro de ZIKLO-TEAM que soy, me toca guiar a la manada en la salida de Auritz/Burguete. Hay que aclarar que el aurresku es una danza vasca de reverencia, seria y muy sentida; un viaje al interior de nosotros mismos en forma de ceremonia de admiración y respeto hacia otras personas. Quien la vive y se enfrenta a las carreteras y los bosques de esta parte del Pirineo puede que algo en su interior cambie. Y tras unos kilómetros en los que coronamos el Alto de Mezkiritz, primera aldapa del reto, el peso que arrastran mis lumbares se convierte en doble, porque en mitad de la niebla de Sorogain descubro que monto en un tándem y no una bicicleta individual, y que el amigo que comparte máquina conmigo hace este viaje de 138 kilómetros y 3700m+ como etapa de transición o depurativa. Porque emociona enterarse de historias particulares, y de cómo muchos ciclistas de nuestro grupo acuden a RAK, o al Stage de Burguete de ZIKLO, para curar y cerrar heridas. La vida suele dar buenas ostias, olvidémos en el monte.

               Subiendo a Lindux mi amigo me habla de su niñez; en ella fue testigo de cosas horribles, vio el lado malo del ser humano y de las cosas, vio cómo el metal se introducía en la piel y su entorno se llenaba de dolor en forma de respiración, y ahora relativiza los valores de la sociedad, y me cuenta que nada tiene sentido, que los malos pueden parecer buenos y los buenos malos. En la loma sobre la Selva de Hayra las nubes y los rayos de sol que se cuelan entre ellas distraen a mi compañero, mientras el resto de participantes poco a poco coronan el primer coloso del día. Lindux es una encrucijada bellísima de cordales montañosos a 1218 metros, y la carretera corona su hombro oriental; la cimita de Trona a 1186 metros. Ahora toca bajar hasta Ibañeta primero y Arnegi después, antes de afrontar el segundo coco; Arnostegi por Ondarrola. Esta ascensión asfaltada es increíble, posee 16 kilómetros, dos rampas al 20% y tres kilómetros por encima del 11,4%. Yo creo que mi amigo tiene mérito, por sus venas corre una enfermedad maldita, yo le digo que algún día debería hacerlo público para arrancar de un bocado de dientes afilados, lo estigmatizadas que están algunas cosas en esta sociedad imperfecta. Repito; donde los malos pueden parecer buenos y los buenos malos. En once meses de 2009 tomó quimioterapia, el pelo de su cabeza se volvió fino, los valores de su sistema inmune tocaron fondo, tuvo hipertiroidismo, pero sobre todo el recuerdo del pasado volvió a sus entrañas, y el miedo a tener algo con lo que morir lo desfiguraron. Una noche, un tipo del valle le llamó feo y algunas semanas después hizo el amor con la hermana del mismo. Por eso es importante el paisaje de Iparralde; en él su quietud y el lento paso del tiempo dan sentido a la vida, y el esfuerzo deportivo aparca cosas feas de la mente. Otros amigos de RAK llevan consigo sus dramas personales, es un orgullo verles afrontar un reto de tantas horas y esfuerzo como este y sanar parcial o totalmente. Algunos como mi amigo presentan lordosis porque el peso de la vida presionó sus hombros hacia abajo. Yo le digo que se relaje y se fije en el mágico Circo de Urkulu, aquí vuelan chovas piquirojas, buitres leonados y pinzones, y en las cimas de las montañas hay fortificaciones romanas y carlistas.

              Tras el loco descenso a Zubipunta, donde es difícil controlar el tándem, afrontamos ya cansados el tercer puertazo del día, que es Arthaburu, la antecima de Errozate, que son 8,7 kilómetros al 9,8%. La carretera serpentea formando varios lacets alucinantes y hermosos. Aquí mi amigo se queja del lumbar derecho y el dolor que le baja por la pierna. Desde enero arrastra un pinzamiento doloroso y maldice 2015.
Yo le digo que no sea ingenuo, y que no haga caso a los consejos y a los análisis de la gente, porque si la gente tuviese razón , y me incluyo, no viviríamos en "esta puta mierda en la cual vivimos", como diría aquel. Es que soy fan del grupo punk Eskorbuto, sus letras son aplicables a cualquier época. Ojo, no es que  piense que todo es una mierda, aunque hay que reconocer que las cosas de la vida como RAK, las personas carismáticas y con corazón son las que ayudan a que no ocurra. Hay otra canción, en inglés, que le tarareo; "Voy a estar bien si me das un minuto. Un hombre tiene un límite. No puedo tomar una vida si mi corazón no está en ella". Y en la cima de Arthaburu mi compañero de tándem se toma un ibuprofeno. Hace tiempo que ya dejó de lado el voltaren y el diazepan. Le susurro al oído que el reto está hecho, que solo queda la diversión de Irati. Es curioso, me dice, algunos enfermos son ejemplo de superación y motivo de marketing, y otros unos llorones. Amigo, ya te dije que esta sociedad era imperfecta, ¿no viste el trato que le damos a muchos enfermos crónicos y mayores en nuestros centros y hospitales? Nadie quiere escuchar lamentos, solo aquellos en los que hay intereses detrás. Espabila. Súfrelo en silencio como las almorranas, debiste tomar hemoal y no ibuprofeno.

          En la Selva de Irati mi amigo reconoce rincones del pasado, cuando venía y se escondía en el bosque de todo y de todos. Ahora disfruta como un enano porque culminar retos como RAK ayudan a despejar la mente y nos metemos en la batallita del grupo de cabeza, pedaleando a mil por hora por el sterrato de Los Paraísos. ZIKLO tenía miedo de este tramo, y de cómo iban a reaccionar los ciclistas ante él, y sin embargo es un acierto, un aliciente entre hayas y falsos cipreses de Lawson para recrear etapas del Tour de Francia o del Giro de Italia. ¿Te acuerdas del ataque del equipo Astana en el pavé del norte? Un nuevo puertito bucólico y descendemos extasiados durante 14 kilómetros, muchos a la par de las aguas trucheras del Irati, sabedores del pulso ganado. Subiendo a Lapizea, puerto del Tour de 1996, vemos a nuestra izquierda la peña de Arrigorri. Esta primavera dos personas se han quitado la vida arrojándose desde su atalaya al bosque de hayas y robles del fondo. Da que pensar. Como sociedad estamos fallando, pero son estos rayos de sol en forma de retos, como RAK, y otras cosas, lo que alimentan muchos corazones. Mi amigo, en RAK, aprendió muchas cosas. Sé tu mismo, no puedes ser otro. 



Cruzando la regata de Kontrasario.
Foto Antxon Epelde

Sterrato de Irati de buena calidad, ¿quieres hacer buena velocidad media sobre grava? Ven a Irati.
Foto Antxon Epelde

Embaucador Irati.
Foto Antxon Epelde

Entrada triunfal.
Ederra.
Bonitas fotos de Ane Bizimartxak; la tía sabe, y mucho.


STAGE DE AURITZ-BURGUETE

Compañía agradable y divertida con Juanma Garate.
Foto Antxon Epelde



La Piedra San Martin; la vertiente del Tour 2015 y que tantas escabechinas hizo...
Foto Antxon Epelde; modelos Xabi Deba y Christian Pau....

Arkaitz subiendo a Ahuski, vertiente de Bastida.
Detrás las nubes suben por los barrancos de Lekime y Haraska......
Foto Antxon Epelde

Con las jóvenes promesas de Orbara; Ibai y Ioritz.

Comentarios

  1. Encantado de compartir ruta con buena gente por esa tierra preciosa y salvaje.

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