El cura de Orbaizeta: Midi d´Ossau 1998


Hacia la primera chimenea.

Hace unos meses relaté en el blog mi relación mendigoizale con José Luis, el cura de Orbaizeta, durante los felices años noventa. Aquel post generó todo tipo de reacciones en mi círculo de amigos y vecinos; la mayoría se lo tomó muy bien, y unos pocos pues no mucho, jeje. Una de las aventurillas más chulas que hay de aquellos años fue cuando junto al amigo Chema de Burlada, fuimos a intentar el Midi, y dejamos colgado a J.L. en mitad de la pared. Chema y yo fuimos un poco egoístas y tras trepar la primera chimenea, dejamos a J.L. atascado en la segunda. Chema y yo nos miramos y le gritamos desde lo alto que destrepara y que nos esperara en el sendero entre ambas chimeneas mientras subíamos a cima. La ascensión normal al Midi d´Ossau (2884m), la montaña pirenaica por excelencia, la que mejor perfil tiene, el "cervino" del Pirineo, posee tres pasitos de entre II y quizá III grado, en forma de chimeneas. J.L. salvó el primer obstáculo agarrándose a una cuerda de una cordada de vascos, y sucumbió ante la altura de la segunda chimenea. Tenía vértigo. Obviamente, nosotros fuimos a allí sin cuerda, a ver qué pasaba, y Chema y yo ascendimos sin problemas; la pena fue dejar a J.L. sin el premio de la cima de la montaña que más obsesión había generado en su cerebro.


            En el descenso, Chema y yo nos alarmamos un poco al no encontrar a J.L. en el lugar donde le habíamos dejado. Continuamos bajando y lo encontramos en la base de la primera chimenea. Por lo visto había bajado con ayuda de otra cordada. Le dijimos que veníamos de la cima y el hombre se emocionó, de hecho nos dio un abrazo. Yo le prometí volver con cuerda, y años después volvió con la cuerda y el buen hacer del bombero Goikoa de Burguete. El hombre cumplió uno de sus grandes sueños; conocer el metro cuadrado más alto del Midi...

           Una de las cosas más impactante de las fotos que hay de aquel día es ver la indumentaria que yo llevaba; una camiseta del reciente viaje de estudios a Amsterdam. Por entonces, con 15 años, ya agarraba unos melocotones de primer orden, y los que pillamos en Amsterdam y París fueron considerables: Una noche le robamos la botella de pacharán que había llevado el profesor de geografía y pillamos una borrachera que acabamos en ropa interior por el albergue de Amsterdam.  En la camiseta de algodón que llevé en el Midi aparecía un montón de gente teniendo sexo en la capital de Holanda, y otros fumaban porros de marihuana del tamaño del Petit Pic del Midi. Así eran las cosas por entonces; J.L. había visto la transformación de un niño quizá un poco ingenuo en un adolescente normal y corriente que ponía en duda muchas cosas. "Oye José Luis, si naces en Arabia eres musulmán, si naces en la India eres hindú, si vives en Jerusalem eres judío, entonces, ¿cuál es la religión verdadera? ¿Quién cuenta la verdad?" y J.L. te decía; "la nuestra, ¿cual sino? ¡Nos lo dijo Jesucristo!", y claro, uno le contestaba; "Coño, y a los musulmanes se los dijo Mahoma" Y J.L. se quedaba en fuera de juego, ¿qué estudia esta gente durante tantos años en teología sino pueden responder a estas preguntas sencillas? "Hay que tener fe". Después, uno estudiaba en el colegio la historia escrita con sangre de la iglesia católica y uno se preguntaba tantas cosas en la cabeza que podía volverse loco. Y si además uno se informaba de las alianzas de la iglesia con aquellos que se pasan los diez mandamientos por el plexo hemorroidal externo, y de sus propias tropelías, pues se vuelve más loco todavía. Así que pese a que tuviéramos esas diferencias, aun aguantamos tres años más yendo al monte juntos; la amistad estaba por encima de todo, porque ya lo dije; su personalidad deportista y andarina-aventurera era lo que molaba de él.

             
Descanso entre primera y segunda chimenea.

Chema en la segunda chimenea.

Tercera chimenea.

Cima con el Palas, Blaitous, Frondellas y Arriel al este.

¡Cima!

Comentarios

  1. Leyendo esta crónica tuya me he acordado de mi ascensión a ese monte en 1987, la única vez que lo he pisado. Aluciné con la roca súper pulida por tantos miles de botas en los pasos más comprometidos y me jugué la vida en la bajada con mi amigo José Ramón de Bailo: llevábamos un cordino y en la segunda chimenea bajamos encordados pero sin asegurar a ningún anclaje, si caía uno caíamos los dos... Con respecto a tus debates teológicos con el clero también coincido: en los Salesianos de Zaragoza no veas qué conversaciones teníamos con los curas (la mayoría navarros), en plena transición abordábamos política, seco y religión a partes iguales de una forma súper liberal, abierta y sin líneas rojas, hoy muchos se rasgarían las vestiduras.

    ResponderEliminar
  2. Será seco a saco, ¿no?

    Curas montañeros, curas ciclistas, curas futbolistas, curas pelotaris... Cuánto talento deportivo ha malogrado la vocación religiosa. Aunque igual nos librábamos de una lacra, porque... ¿el vino consagrado se considera dóping?

    Estupenda historieta, como siempre.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario