¡La madre que l@s parió! Lo que el montañismo mediático en el fondo esconde.

 


Es el día de la madre bajo las paredes de los Mallos de Agüero, y de repente, te llega al teléfono móvil información flipante de cómo se manejan las estrellas mediáticas del alpinismo y bouuum... "¡La Madre que l@s parió!", exclamas entre risas y aspavientos de sorpresa bajo las Cuevas de la Reina y de Os Chitanos tras semejante lectura, haciendo que la treintena de buitres leonados posados sobre la cumbre de Peña Sola de Agüero salten al aire a volar despavoridos. Si, seamos sinceros, leer de primera mano los emails propagandísticos que envían influencers del alpinismo o los profesionales de comunicación del influencer, para dar charlas en federaciones y clubes despeja muchas dudas o sospechas; aquí manda el dinero y manda quien mejor venda su mierda en el monte. Si no, no se explica la pobre cultura alpinista actual de España,  más pendiente de dar caché a vianormalistas que remontan cuerdas fijas instaladas por sherpas, que a alpinistas de nivel que son nominados, o como en el caso de Silvia Vidal, premiados en los Piolet de Oro (los oscar del alpinismo), con aperturas y aventuras que deberían llenar periódicos físicos y digitales, y libros. 

Así, da igual que seas cliente de expediciones comerciales arrastrando tu body en cuerdas fijas instaladas por habitantes del tercer mundo en una vía abierta hace setenta años, que si tienes un buen community manager y un ego más grande que la norte del K2, podrás destacar sobre alpinistas de primer nivel. ¿Es justo esto? ¿Es justo en el caso de la mujer que hace veinticinco años empoderáramos a Miriam García y a Josune Bereziartu por escalar tan fuerte o más que los chicos, y hoy empoderemos a quien pone más carne en instagram o tiene un mejor o más descarado manager de comunicación? ¿Dónde quedó la cultura montañera vasca? El año pasado se nos murió en Patagonia Amaia Aguirre, quizá la mejor o una de las mejores alpinistas que ha habido en Euskadi, con ascensiones al Trango o Cerro Torre, con la vía más difícil al Mont Blanc en su curriculum, sin embargo nuestra sociedad ignorante le dio visibilidad y empoderamiento solo cuando yacía muerta bajo toneladas de hielo y roca cuando intentaba el Fitz Roy.

El caso de Stefi Troguet es alucinante. A la andorrana, que es clienta de expediciones comerciales  sherpas, la ofrecen a federaciones y clubes por 1500 euros si da un pase o 2500 euros si da dos, sin incluir los costes en desplazamiento del equipo, las dietas y el alojamiento. Así, los emails propagandísticos que llegan a federaciones o clubes resaltan que su charla para 2024 trata sobre sus idas y venidas entre cientos de personas, cuerdas y basura en el Everest, y está diseñada para educar y motivar, ofreciendo una visión única del mundo.... ¿Nos contará en esa visión única del mundo por qué se otorga el Manaslu si tod@s le pudimos ver bailando de éxito con su guía Nirmal Purja diciendo que estaba en la cima de la montaña, cuando estaba en la plataforma Shelf 2,  lugar habitual de llegada para expediciones comerciales a tres antecimas de la cumbre verdadera? ¿Contará cómo dejaron de sucia la vía normal del K2 en una de las primeras temporadas con guías y clientes de su historia en 2022? ¿Nos contará qué demonios pasó con Jonathan García en el Dhaulagiri? ¿Se sincerará y hará un llamamiento real feminista, y no lo de pintarse los labios, a que medios y usuarios de redes comienzen a empoderar a alpinistas chicas con curriculums brillantes? Me extraña.

A ver, el tema gusta y ya pudimos verla el año pasado en Los Arcos con el recinto a reventar. Que venga un semidios o semidiosa del deporte que se ha vendido mejor que Paquirrín en la música, exigiendo un evento cerrado donde la entrevista post documental dure 15 minutos, o que haya un fotocall de 20 con autógrafos, tiene mucho atractivo en estos tiempos de superficialidad y desinformación existentes. A casi nadie le importa ya que por ejemplo Navarra tenga dos cracks chicas, Amaia y Uxue, en el equipo nacional de alpinismo con aperturas en Groelandia y Jordania y muy pocas menciones en medios, o que una mujer como Silvia haya sido premiada en los piolet de oro por delante de los chicos en la historia de España, porque vende y atrae lo que vende y atrae.

Como me dijo una periodista de montaña de un medio muy importante español "publicamos lo que sabemos que se va a consumir", y ante mi pregunta de por qué no daban bombo a la actividad más importante en pared del año 2021, protagonizada por varios navarros en la sur de Peña Santa, me contestó "es que ellos no se han dado publicidad en las redes", pese a que la actividad había sido premiada como la mejor en pared en los premios nacionales de la FEDME (????). Pasamos sin despeinarnos de "el periodismo va a la noticia", a "la noticia va al periodismo", y no se nos cae la cara de vergüenza, También quedan y tenemos que aguantar a los que defendiendo aun a lo indefendible, te dicen sin miramientos ni sesera que "los y las alpinistas que no son noticia es porque no quieren ser noticia, la actividad la hacen para ell@s mismos", metiendo en el mismo saco a l@s que hacen esto y a l@s que no. 

En tiempos en los que se habla de los bulos en la prensa relacionados con la politica, y de la creación de mecanismos u organismos que regulen estos bulos, ¿no podría hacerse algo parecido para el mundo de la montaña? La cultura, el conocimiento, el feminismo o el empoderamiento real del deportista de montaña depende de todo ello. Periodistas y consumidores en las redes, ¡pónganse las pilas que esto ya se fue a la mierda hace mucho tiempo!








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