La Faja del Toro a Peña Montañesa

septiembre 13, 2017

La Faja del Toro a Peña Montañesa

Terraza con grandes vistas al sur.

La Faja del Toro a Peña Montañesa nos pareció una buena opción para el domingo ante el viento norte frío dominador, y las bajas presiones con precipitaciones que golpearon el eje axial del Piri el fin de semana, con una buena mano de pintura blanca en altas cotas. En la zona de Ainsa anunciaban bueno, y había que aprovecharlo.

La Faja del Toro es una buena alternativa a la ruta normal desde el sudeste. Ésta no posee dificultades técnicas reseñables, aunque hay que destacar el descenso de 80 metros para tomarla (F), con mucha diferencia el punto más complicado, aunque se trata de descender con cuidado por un sendero muy empinado con algún paso de destrepe sencillo. Después, en la terraza de grandes vistas, el avance es seguro con erizones y bojes que hacen de barandilla, y el ancho de la Faja es lo suficientemente ancho como para que pase un elefante. Esta vez Ainara y yo tenemos la agradable compañía de Amaia y Antxon. Este último subirá hasta la faja más silencioso que de costumbre; después nos dirá que habrá estado algo preocupado por la faja, sin embargo, en cuanto ve de que qué trata la cosa sacará su "yo verdadero", el Antxon bromista y positivo jeje. Amaia por su parte, como ya me conoce se fía, ¡pero no te fíes mucho baby! En la faja tendremos que hacer uso del botiquín porque en un grupo de franceses uno de ellos lleva una resaca de puta madre, o un proceso gripal del quince, o lo que sea, y le daremos dos paracetamoles.

En el tramo final a cima, tras abandonar la faja por una inclinada canal, los franceses desistirán de la cima y nosotros la coronaremos sintiendo el frío cierzo en nuestras caras y manos, mientras vemos las altas cotas nevadas y nubladas... Hace unos años subí hasta aquí en una ascensión exprés y me hace ilusión repetir esta cima de semejante montaña amurallada. Ainara, Amaia y Antxon parecen muy contentos. En el descenso, antes del escalón calizo característico de la ruta normal, un tipo en BTT (qué cojones y paciencia hay que tener para ello), nos adelantará haciendo caballitos con la rueda de atrás, en plan sobrao y demás, se está exhibiendo delante de nosotros, pero, cosas del destino, se pegará una buena ostia, amortiguada por los erizones del borde del sendero. En la caída se le caerá una botella de agua y una bolsa de comida de la mochila que le recogeré del suelo. Alguno de nosotros se aguantará la risa. Por mi parte, para quitar hierro al asunto, porque el hombre parece herido en el orgullo le diré; "Por lo menos has caído sobre blando", y no le sentará muy bien. El erizón es blando en comparación con la roca caliza, pero también es pinchudo jeje. Lo dicho, la montaña y sus aventurillas son la monda.