El Barranco de Arandari es uno de los cinco descensos más famosos de Navarra, sino está entre los tres primeros. Esta grieta natural al sur del alargado Valle de Roncal ofrece una actividad de baja dificultad, ideal para comenzar en el barranquismo por cierto, y de gran-gran belleza. Aunque nunca hay que bajar la atención porque por muy fácil que sea, en este barranco-txikipark ha habido accidentes y rescates, como se nombra en la guía de barrancos "Navarrensis".
Esta vez me acompañan Asier y Bego. Al primero le conocí en el Stage de ZIKLO en Alpes del año pasado, donde lo pasamos muy bien junto a Jon, Paco y Antxon, el súper rumano Stelian y demás compañeros de las dos ruedas (cómo olvidar a Josean de Aoiz, Juanto de APM, a Retegi, a Txelu, a Pepe de Marbella, a Manolo, a Paco Moreno...) Nunca un viaje con tantos tíos y una única mujer (además con marido presente), me gustó tanto.
Arandari comienza con un resalte tumbado cuyo pasamanos de aproximación está en mal estado, y donde mis amigos harán su primer rápel en agua. Luego hay que caminar un poco para acercarse al rápel más vertical del barranco aunque no es muy alto, donde Bego demostrará gran destreza en los rápeles verticales. El resalte, marmita y posible tobogán (ahora como la lija) de después harán que mis compis disfruten y caten agua fría, antes del siguiente resalte vertical en el cauce, que se puede salvar mediante rápel, salto o pasamanos. Aquí Asier demostrará ser un tipo muy capaz con las travesías laterales con esas patas largas que tiene. Al final del barranco hay un bonito rápel dentro de una salita y un nuevo resalte que se puede saltar, pero que al haber poco caudal solo saltaré yo para comprobar que el impacto contra el suelo es bastante duro, así que les propondré un juego; rapelar el resalte de 4 metros con el aseguramiento desde abajo del otro de la pareja; y demostrarán ya poseer los conocimientos necesarios para ser autónomos en un rincón de agua y roca como este.
Asier y Bego, un placer, formáis una pareja muy simpática. Dentro de un mes quizá Asier y yo volvamos a vernos en Dolomitas. Ikusi arte!!
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