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Croquis de Arrigorria. |
En la nueva guía de barrancos de Navarra de
F.J. Padilla, en el capítulo "Valles Pirenaicos Centrales", se describen 7 barrancos de
Esteribar, Erro, Luzaide, Arce y Aezkoa. Y de este total de siete barrancos, dos se desarrollan en Aezkoa; son los barrancos de
Zorrate y
Ohiantxiki. El año pasado mi amigo
Asier y yo le metimos mano al barranco de Ohiantxiki y disfrutamos mucho con su rápel de 35 metros (aunque Padilla dice que es de 40 metros; supongo que dependerá del anclaje natural escogido), además, nosotros pillamos el cauce a través de dos rápeles que no aparecen en la guía, el segundo de los cuales se desarrolla en una grieta muy bonita, hasta salir a un rincón coqueto poseedor de un ojo natural. También hay en esta grieta un bloque empotrado.
Entre el barranco de Ohiantxiki y el Mirador de Arrigorria, o de Ariztokia, la vertiente oriental y abrupta de esta peña dibuja una grieta preciosa, único punto débil de la muralla, y el sábado decidí meterle mano. Me gustaría aclarar que no tenía ninguna información previa acerca del descenso o ascenso de esta grieta (desconozco si alguien antes ha pasado por ella), antes de colocarme en u cabecera y empezar a descenderla con ayuda de cuerdas, tan solo algún vistazo fugaz desde la carretera o con el teleobjetivo de la cámara, para descubrir las abundantes posibilidades para hacer en ella rápeles desde anclajes naturales.
Antes del último doble repecho de escaleras del sendero al Mirador de Ariztokia, arranca a mano izquierda un pequeño barranco. En su cabecera hay un resalte incómodo de 5-6 metros destrepable, que se puede evitar por la izquierda. A continuación hay una terraza de herbáceas, y varios robles pueden servir como anclajes naturales desde donde afrontar con cuerda el tramo vertical de la grieta-barranco. En mi caso, fijaré una cuerda en simple a un gran roble, y descenderé en rampa hasta el borde del abismo para comprobar las posibilidades, y allí comprobaré que con un rápel en doble de 30 metros podré poner mis pies sobre el pequeño resalte y terraza previos al último rápel hasta el suelo. Así entonces, regresaré con ayuda de puño bloqueante hasta el gran roble, y colocaré la cuerda en doble. Y acertaré por los pelos: El rápel me deja justo-justo sobre terreno seguro, antes de afrontar el resalte de 2 metros destrepable en el interior de la grieta, y acercarme así a varios robles delgados, asomados ante el último muro. El último muro lo salvaré con un rápel de 24 metros, primero en rampa y después con dos muros resbaladizos.
¿Lo mejor de todo? Aterrizar en la base de la peña, verde y húmeda, como una postal frondosa lejana, y sentirse en un universo paralelo. Ederra.
Kaixo Pau, esos cauces de Aezkoa fueron descendidos hace muchos años en solitario por Iker Lorea (Abaurrea), ex-espeleologo.
ResponderEliminarEl gran iker lorea del otxola, viejo conocido aezkoano, gran espeleologo y mejor acordeonista. Se que hizo infinidad de descensos subterráneos. Si existe información de las actividades que hizo cuando era más joven, me gustaría ojearla. Sería un disfrute. Eskerrik asko.
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