Ferrata Camino del Infierno

Peñalara (1296m), un roquedo del extremo occidental del Sistema Ibérico.
En la terminación occidental de la Sierra de la Demanda, en uno de los últimos escalones rocosos antes de la llanura desolada y fría de Castilla, encontramos una de las pocas vías ferratas de Castilla y León, llamada el Camino del Infierno (k3), un recorrido colgado no apto para personas con vértigo, y que se desarrolla sobre la localidad de Quintanillas las Viñas. En estos lugares el tiempo transcurre muy lento, impresiona la soledad de los llanos y el frío del invierno, son rincones rurales que impresionan, porque ¿hay algo que impresione tanto que un pueblecito de 21 habitantes a 1000 metros de altitud en la gélida meseta? Para mi, pocas cosas.

           La vía ferrata se desarrolla de oeste a este sobre una repisa alta de la alargada peña sobre el pueblo, llamada Peñalara. En este farallón se practica escalada deportiva y hay en él yacimientos prehistóricos, así como una importante colonia de aves que nidifica sobre todo a partir de Enero (La escalada y la ferrata están prohibidas desde el 1 de Enero hasta el 31 de Agosto). Tras una aproximación de 45 minutos muy bien indicada, la ferrata comienza con unas maromas para remontar un tramo de 1er grado hasta tomar la repisa famosa. Tras unos primeros metros fáciles sin cable de vida, éste aparece tras un espoloncillo, a partir del cual la repisa se vuelve estrecha y muy aérea. Una y otra vez se suceden los pasitos expuestos donde hay que buscar asideros para las manos y presas para los pies con un buen patio bajo los mismos ¡prohibido agarrarse del cable, que es para lo que es! y además es muy fino.... Pronto aparece la tirolina opcional a un lado mientras continúo sobre la repisa. De nuevo varios pasitos expuestos, y de golpe y porrazo, llego a la brecha donde termina la primera parte de la ferrata, final de mi actividad hoy ferratera al no poseer cuerda, porque para continuar hay que rapelar para "bajar a los infiernos", una extensión de la ferrata original algo más deportiva. Por lo que veo el rápel parece divertido. Y sin entretenerme más corono la cima de la peña, con vistas increíbles sobre el Monte Mencilla y el municipio de Mambrillas de Lara y sus tres pueblecitos. 

En el descenso decido alargar la excursión visitando el Castillo de Lara, encantado y embelesado de la tranquilidad de la llanura. 

Quintanilla las Viñas, pueblo de la base.

Ermita Visogótica de Quintanilla las Viñas.

Amanecer visigótico.

Lucero del alba.

Carteles al inicio del camino de aproximación.

Girasoles de invierno.

Panel en el extremo oriental debajo del roquedo.

Chovas.

Bonita muralla con vistas a la meseta.

Meseta castellana fría y desolada.

Trepadas de aproximación.

Maromas.

Quintanilla las Viñas.

Aquí empieza la Ferrata.

Tirolina opcional.

Autorretrato sobre el cortado.

La ferrata se desarrolla por una repisa acongojante.

¡Jodó qué pasitos!

Brechita del rápel.

Cima de Peñalara.

Cadenas en la vía normal de descenso.


Croquis de uno de los equipadores de la vía.


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