Ledormeur y el Valle de los Colores.

Existe un vallecito rodeado de cumbres como las de Castillo de Acher, Anatera Alta o Peña Marcatón, que llama la atención por el contraste de sus colores. Este lugar nada masificado se conoce como el Barranco del Barcal. Aquí, una senda desdibujada, parte del parquing de Aguastuertas y remonta la orilla orográfica derecha del mismo hasta un collado mágico con vistas a los Alanos, la muralla de Costatiza y el Pico Bisaurín. Si además, rematías la travesía del valle con la ascensión al Castillo de Acher, será una excursión cinco estrellas, sobre cinco. Aunque ya se sabe, para gustos los colores...

Dicen que "al que madruga dios le ayuda", pero nosotros como somos agnósticos, solemos decir "al que madruga la Luna, los bosques en sombra y el Macizo de Lenito le ayuda"

Lo bueno de conocer estos lugares como Oza o Guarrinza por la noche, es que puedes descubrir a la luz de los frontales a algunos habitantes del bosque, pero tampoco hay que avasallarlos, la luz del flash puede dejar noqueado a cualquiera.

Tras el parking de Aguastuertas, los hitos marcan el camino a seguir para adentrarse en este mar de colores. El Castillo de Acher es una montaña preciosa desde esta vertiente.

Pronto comienza el festival; azules a ras del suelo y no sobre nuestras cabezas. ¿Quién dijo que el cardo era feo? Porque el Cardo de Puerto es súper-chulo con sus flores azuladas y hojas espinosas.

Algunos blancos que se encuentran en invierno, también pueden encontrarse en verano de alguna forma. A los que nos gustan los blancos, nos encanta su claridad y su oscuridad nula. La nieve puede ser un buen ejemplo de máxima reflectancia, sin embargo hay sustancias que reflejan tanto o más la luz.

Ainara también sabe darle color a todo, su cara la delata; en los pastizales de altura está muy a gusto y su sonrisa colorea cualquier claro-oscuro que se le presente. Su nombre en euskera significa "golondrina"

Y aunque los colores del Valle son intensos y cautivadores, también vivimos de los sabores, ¡qué ricas son las fresas silvestres!

El agua horada y desgasta estos suelos ricos en pastizales y roca rojiza, ¿Será de origen volcánico como las de Anayet o Midi? ¿será ferruginosa?

Cerca de las zonas húmedas, hay amarillos y negros que están inyectados de vida. La salamandra únicamente entra dentro del agua para parir, aunque le encanten los lugares húmedos. En algunos lugares del planeta las poblaciones de anfibios han visto mermada su población por culpa de la quitridiomicosis, una enfermedad infecciosa causada por un hongo.

Los líquenes visten algunas rocas carbonatadas, y pasan a formar parte de esta fiesta multi-colorida.

¿Aun duda alguien de que el Barranco del Barcal sea especial? Nosotros nos quedamos con la boca abierta con esta gama de verdes, grises y rojos.

Y la Muralla de Costatiza se hace más hermosa todavía sobre un océano de verdes.

La chimenea Ledormeur nos espera desafiante y Ainara duda un poquito.¡Tranqui, que llevo cuerda! ¡Nunca permitiría que te pasara nada! Aunque ya se sabe, la montaña es impredecible y ocurren accidentes en los lugares más tontos, así que atención.

Y tras una trepadas de I-II sobre roca rota, aterrizamos en la base de la Chimenea Ledormeur (PD+), la cual lleva el nombre de este magnífico pirineísta francés de finales del s.XIX y principios del s.XX. Por lo visto este autor de tan bellas acuarelas y dibujos a lápiz del Pirineo, hizo la posible primera ascensión a este escarpe confundido entre la niebla al intentar ascender por la vía normal.

El paso posee 7 metros de altura y está equipado con un clavo a los tres metros y una anilla para asegurar desde lo alto. Los primeros metros son verticales (III+) y cuelga del único clavo una baga a modo de pedal. Me hace gracia que algunos catalogen este paso como de segundo ¡En un segundo grado nadie acera! Sería más exacto un tercero plus de boulder jeje

Y aunque algunos se atrevan a pasar sin cuerda, no quiero que le pase nada a ella.

 

Quiero que disfrute con la cuerda por arriba, porque el montañismo no solo puede ser únicamente un campo donde competir en riesgo con los colegas, también hay amistades y amores que mimar y cuidar, porque habrá más resaltes y valles de colores en el futuro.
Georges Ledormeur llegó a Tarbes en Febrero de 1894 para visitar a su hermano, y se enamoró tanto del Pirineo, que aquí se quedó a vivir. En 1901 fundaría la Sociedad Excursionista de Tarbes.

A mi no me extraña que se enamorara tanto del Pirineo al igual que lo hiciera Henry Russel años antes. Russel, nacido en Toulouse, viajó por todo el mundo en su juventud y quedó prendado del Pirineo, eran sus montañas favoritas. A muchos les/nos pasa. Esta Cordillera no tiene que envidiar a ninguna en belleza, costumbres, historias, naturaleza...Si nos lo creemos no la deterioraremos.






Y a veces, la foto rigorosa de cima se hace en un lugar que no es la cima. Porque si lo piensas bien, la cumbre de una montaña solo es un rincón más de la misma.

Hay lugares de una montaña, como en este caso el Castillo de Acher, que "llenan" y trasmiten más que la atalaya más alta. Porque las líneas son importantes, tanto o más que la cima.






Pero como hay tiempo y fuerza para todo, nos acercamos a las cumbres de Acher Sur (2347m) y Castillo de Acher (2384m)




No vamos a irnos de este valle mágico colgado del cielo, sin echar un vistazo a los contrafuertes de la cara norte y la proa de Punta de Oza (2193m)

En ocasiones, los colores de la montaña se desvanecen en cuanto las nubes rozan con los cresteríos. Y es hora de bajar.



De nuevo en el Vallecito de Barcal, vuelve a salirnos al paso esa gama de colores que tanto nos engancha.

Rocas rojizas en forma de filón brotando del pasto...Simplemente brutal ¡Qué valle más bonito!¡Qué bueno es vivir! Abandonar los problemas y las preocupaciones de las ciudades y subirse a aquí en buena compañía es revitalizante cien por cien.


¡Que aproveche!