Cresta cimera con vistas a Retona, Pala de Alcañiz, Punta Escarra y Collarada.
Una montaña discreta que guarda tesoros al alcance de la mano si aprovechas la ventana de buen tiempo, o ese tiempo que deja hacer algunas cosas. En ella hay una cresta airosa y rocosa entre sus dos cimas, con vistas infinitas. Tan cerca y tan lejos de las pistas de esquí de Formigal, porque en ellas se puede ver de todo; personas que sienten la montaña y personas que solo sienten o entienden de cosas guays. Un montañón bien visible en cuanto pones tus cuatro ruedas en la gasolinera de Formigal, pero que la inmensa mayoría ignora cuando pone su culo en los telesillas. Cientos de metros ganados sin esfuerzo, tan solo habiendo sacado dinero del bolsillo, en ocasiones gritando cosas a quienes nos recorremos las cimas con el esfuerzo de nuestras piernas. Siempre ha sido así, algunos no nos reciben muy bien en sus dominios.
A partir del collado, piolet y crampones mientras atrás dejamos la algarabía de esquiadores. Nos elevamos sobre ellos cuando antes nos miraban desde arriba. Remontamos la cresta suroeste de la pirámide final traccionando sobre duro. Cuidado Ainara. Y la cima es un momento íntimo en medio de una de las estaciones más masificadas del Piri. ¡Qué contraste! El otro día le dije a una amiga mía que me encantaba analizar y/o escudriñar a este mundo, y quizá una estación de esquí sea un buen sitio para ello; no hay tanto contraste por metro cuadrado que en un parque de juegos como este. Campo de Troya (2218m), una sorpresa, en muchos de los sentidos.
- "Hymn for the Cigarettes" de Hefner (1999)
(Ella fumaba en la cama porque ella pensaba que me iba a molestar, /
Pero me encanta ver a las chicas fuman en mi cama. /
Me encanta ver a las chicas fuman en mi cama./
Me encanta ver a las chicas fuman en mi cama./)
Las cosas se ven así desde los cristales tintados de la furgo.
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