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Placa en la base de la vía. |
En otoño de 2010, tras escalar la
vía Susi y disfrutar un montón en ella, me prometí volver al mundo de piedra caliza de
Egino para realizar otra vía de varios largos, y así surgió este miércoles la idea de trepar y navegar por esta inmensa pared inclinada con vegetación alavesa.
Esta vez me acompaña Aika, me gusta escalar con él, es un tipo tranquilo con un gran sentido del humor, y no se arruga ante nada. Decidimos escalar la vía Elmer, entre las vías Berta y Udaberri, y disfrutaremos un montón de la calidad de la roca (aunque pueda parecer lo contrario desde abajo), con buenos cazos, puentes de roca, grietas y gotas de agua... Y la vegetación pues es un plus para dos tipos forestales como nosotros, ya se sabe, trepar y llegar a una repisa repleta de narcisos y lagartijas o descansar a la sombra de un robre, siempre es un aliciente para nosotros.
La vía comienza con un largo fácil y continua con tres largos de IV+ y pasito de V al final de cada uno. Antes del quinto largo semiequipado, comemos en el jardín de la base del último muro. Este largo se las trae porque llegar a la primera chapa acarrea trepar un montón de metros sin protección, después hay varias chapas hasta que de repente deja de haberlas. Así que me hago un lío buscándome la vida, y progreso por una chimenea chapando la cuerda a un parabolt de la vía Txomin, e instalando un par de puentes de roca antes de llegar a la penúltima reunión de esta mítica vía de Egino. Después sube Aika, echa un vistazo a los puentes de roca que me he currado con unas bagas y me dice que estoy hecho un "Gaston Rébufatt" (Aika y el sentido del humor que antes comentaba). "¿No querrás decir al estilo Gaston Rabufatt, ¿eh Aika?" Estoy tan verde escalando que no merezco otro nombre.
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